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La Revista Cultural La Palestra Noticias es un espacio de encuentro para compartir el amor por el Arte, por el Deporte, por la Literatura, por la Salud, por los conocimientos de Astrología, por el Medio ambiente y su cuidado, por la cultura de cada Sociedad y su gente; por los viajes, la oportunidad de descubrirnos diferentes y semejantes.   

Viernes 24 de noviembre 2017

Desarraigo

 

Por Caroline

Ilustración por Sole «China» Fliess

Hola. Soy Caroline y nací a fines del siglo pasado. Tengo distintos apodos: mamá, esposa, hija, estudiante, laburante, amiga, cocinera, bar-tender y deportista. Bueno…, quizás los últimos dos no sean tan exactos.

 

Hace una docena de años hice un cambio estructural en mi vida: dejé mi terruño y armé una nueva vida a miles de kilómetros de distancia. Fue la concreción de un sueño compartido en pareja que resultó bastante diferente a lo planificado. Quizás porque, en general, los sueños no se llegan a concretar y quedan en una imagen congelada y anhelada.

 

El caso fue que de buenas a primeras una mañana de enero armé mis petates bajo el calor sofocante de la ciudad y me vine para el sur. Llegué en un avión a hélice con mi hijo de meses dormido en una mochila portabebés del cual colgaban sus pies gorditos y descalzos. La aldea de montaña me recibió con una brisa helada que casi me tira al piso con mi guagua a cuestas. En ese momento me di cuenta de que tanto mi indumentaria como mis proyectos no encajaban del todo en este nuevo destino. Por lo tanto, sandalias con plataforma, camisas entalladas, trajes de oficina y paraguas, todo eso y mucho más fue a parar al altillo de mi nueva cabaña, junto con el título universitario, las recetas del curso de cocina del gato Dumas, los after office de los jueves, los viajes de incentivo de ventas a Brasil, las fiestas multitudinarias de fin de año con mucho calor, el subte, los piquetes en las esquinas y las presiones por alcanzar los objetivos.

 

Me costó bastante adaptarme a esta nueva realidad sin apuros, sin congestiones de tránsito, sin shoppings ni grandes corporaciones. Un estilo de vida más modesto, casi rural, de cocina casera y tardes largas; con la posibilidad de pasar más horas en mi hogar con mi pequeña familia. Pero no soy una mina romántica ni mucho menos una Susanita soñadora. Mis modelos familiares fueron mucho más pragmáticos y con los pies en la tierra. Mis padres trabajaron de sol a sol para poder tener una casa propia, una buena educación para sus hijos, un mes de vacaciones en verano y algún ahorro para el futuro. No había mucho tiempo para el ocio. Estudio y trabajo fueron mis metas inculcadas. Por eso terminé el secundario y me metí de cabeza en la universidad y dos años después ya estaba haciendo una pasantía en una empresa de servicios multinacional. Mi jornada laboral era extensa y muy dinámica al igual que mi vida social. Mi cable a tierra en esa época eran mis amigas, mis sobrinos, mi contexto familiar. Cocinar para ellos, prepararles tragos creativos, planear viajes en equipo y compartir los findes de semana me llenaban el alma.

Por Sole "China" Fliess

Mirando hacia atrás la verdad es que no sé qué extraño más: si mi vida de soltera o todo el contexto de seres queridos y recuerdos que dejé cuando me vine al sur. Es muy probable que todo lo que me produce «saudade»[1] de aquella época, hoy no lo podría repetir. Porque mi tiempo, actualmente se reparte entre mi familia, mi casa, mi laburo y varias responsabilidades incorporadas con la edad y el estado social. En algún momento parece que perdí una parte de mi querida e infinita libertad.

 

Casi me manejo como una pueblerina por adopción, pero siento cada tanto un cosquilleo, un pequeño desgarro cuando cuelgo el teléfono y la distancia se hace más larga. En otras oportunidades también respiro hondo y reconozco que fue valiente dar este gran paso. Porque creo que seguir en el mismo lugar solo por el miedo al cambio no es bueno. Arriesgar implica perder y ganar.

 

¿Y quién puede decirme con certeza cuál era mi mejor opción? ¿Cuántas veces podemos lanzar la moneda o dar un golpe de timón? A menudo me imagino en otros escenarios y reflexiono sobre lo incorporado y lo que dejé en el camino. Seguramente comparto temores, preocupaciones y sueños con otras personas que se han auto-exiliado como yo, o que se encuentran en momentos de tomar decisiones. Para ellos escribo, para compartir experiencias, para acompañarnos. Pero también escribo para mí: para canalizar un poco esta ansiedad citadina que traje conmigo al pueblo, y para explorar mis sentimientos más profundos.

 

Con este primer artículo abro una ventana al mundo, tiro un mensaje en una botella al mar, un discurrir de ideas, sueños, vivencias…

[1] (RAE) Soledad, nostalgia, añoranza.

«Saudade» también fue descripta como el amor que permanece tras la ausencia de alguien querido. «Saudade» es la remembranza de sentimientos, experiencias, lugares o eventos que en algún momento nos trajeron entusiasmo, placer o bienestar, y que ahora disparan aquellos sentimientos y nos permiten re-vivirlos. También podría describirse como la sensación de un vacío, como si alguien o algo que debería estar en un momento en particular, no lo está, y el individuo siente esta ausencia. Acarrea sentimientos de tristeza y de felicidad al mismo tiempo: la tristeza propia por extrañar, y felicidad por la oportunidad de haber vivir aquella experiencia.

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