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5 de septiembre de 2016
Nacer bajo la regencia de Virgo
Por Marcelo Cippitelli, Astrólogo Kármico y Ancestral, Psicólogo Social.*
Cada signo viene a cumplir una misión a través del desarrollo de determinada virtud a lo largo de su existencia. Encarnación tras encarnación vivimos diferentes roles y misiones en distintos “envases humanos” (encarnaciones) para aprender cada virtud y contribuir al magno Plan Universal.
Entonces, desde el punto de vista kármico, ¿qué implica nacer bajo la regencia del signo de Virgo?
Todos hemos oído hablar de la puntillosidad y la autoexigencia de los Virginianos, incluso de su limpieza y detallismo un tanto obsesivos. Pero es complejo entender el origen profundo de esas características. Cada signo encarna con una misión en el inconmensurable entramado del Plan Cósmico en el que habitamos. A los Virginianos les tocó en suerte y destino la realización en el plano concreto de la virtud de la Compasión.
Esa actitud crítica del entorno, en su siguiente nivel de desintegración, los puede conducir a una pérdida muy marcada de la autoestima y a una intensificación de un Ego negativo, ya sea en su fase de soberbia o en la de la humildad no auténtica y depresiva. Si un Virginiano puede percibir esta instancia y decide realizar el camino de la evolución espiritual correspondiente, debe emprender el sendero de retorno al Ser a través del desarrollo de la auténtica Compasión.
Pero ¿qué significa la compasión? La compasión no es lástima ni pena por el otro. En cambio implica la comprensión auténtica de la realidad del otro, de su historia, posicionamiento en la vida, circunstancias vitales… de las condiciones que lo han llevado a ser quién es al momento de cruzarse en la vida del Virginiano. Esto lo conduce a la verdadera empatía emocional y espiritual y, de esa forma, a comprender auténticamente al prójimo. Esto constituye el proceso de comprensión universal y el camino del Amor al otro y a sí mismo. Por ese sendero, el Virginiano puede llegar a su evolución espiritual y a contribuir enormemente al proceso global de desarrollo humano desde su lugar.
Un ejemplo de este desarrollo, un ser conocido por todos, encarnado en el signo de Virgo, fue la Madre Teresa de Calcuta. Ella desarrolló los niveles máximos de la compasión, entendiendo el dolor de los demás y dedicando su vida plena a mejorar las condiciones de salud y dignidad de vida de sus semejantes en diferentes partes del mundo. De esa manera alcanzó el nivel más elevado de la compasión: el Amor Universal. No el amor de familia o el de pareja, dirigido a unas pocas personas vinculares, sino el amor desinteresado y sublime a toda la humanidad.
Virgo puede convertirse en un ser amoroso y servicial desde un lugar equilibrado de amor a sí mismo y a los demás. Sólo debe hallar su centro para superar la crítica y convertirla en compasión.
El sexo delos Virginianos: la resignificación de los mitos de los signos.
Luego del advenimiento de la religión católica a la oficialidad, se comenzó a asimilar al signo de Virgo con la pureza y la castidad de la Virgen María, aquella mujer que supo conservar su himen intacto aún luego de haber parido a su sagrado hijo. Esa errónea asociación lleva a un fuerte conflicto interno en los nativos de este signo; principalmente en las mujeres, ya que es un signo particularmente erótico y que halla mucho atractivo por el acto sexual. Sin embargo, esa adjudicación de características de pureza ha llevado a que este signo viva el sexo con culpa y conflicto, siendo éstos los causantes de la enorme cantidad de enfermedades asociadas a la vivencia culposa del sexo de la que sufren estos personajes: cáncer de útero, vagina y mamas, problemas prostáticos, frecuentes micosis, enfermedades venéreas, etc…
¿Ello implica que los nativos de este signo son compasivos por naturaleza? Me gustaría responder que sí, pero en realidad, no. De ningún modo. Lo que han traído consigo son los elementos primordiales característicos que les permiten escudriñar en los demás, los defectos y conflictos personales. Son detectives del defecto del otro. Y, en consecuencia, un Virgo que no ha trabajado su desarrollo espiritual, tiende a caer en la trampa más común: la crítica. La crítica de los demás; de las circunstancias; actitudes; defectos; errores y conflictos del prójimo. En una instancia primaria de su ser, se pueden volver extremadamente críticos, incluso ácidos y crueles en su manera de distinguir y remarcar en los demás aquello que no les parece adecuado. Es por ello que si no se cuidan pueden volverse desagradables y generar conflictos con los otros.
Sería importante re-significar las características del signo remontándonos a los orígenes reales de la tradición. En la antigüedad griega y romana Virgo representaba a las sacerdotisas (o vírgenes) de los templos de adoración. Estas bellas jóvenes dedicaban su día entero a la oración, los sacrificios, ayunos, danzas, ceremonias y rezos a fin de incorporar a la divinidad en su ser. Al final de la jornada, los hombres acaudalados acudían al templo a fin de mantener sexo tántrico sagrado con el cuerpo de estas mujeres que tenían la divinidad implícita en su carne, y la compartían mediante el acto sagrado del sexo. Si consideramos que el precio por hacerlo era de quince veces más que el de ir a un prostíbulo común, podemos deducir la importancia de éste acto sagrado.
Los nativos de Virgo, hombres y mujeres por igual, harían bien en re-evaluar su concepción de estos temas y considerar su visión del sexo y la sacralidad para reconsiderar la manera en la que viven su intimidad. La culpa no les impide realizar sus deseos en la mayoría de los casos, pero les arruina el acceso al plano espiritual del mismo. Y perjudica su salud psíquica y física, especialmente en las mujeres.
*Para hacer consultas personalizadas te podes comunicar con Marcelo Cippitelli a su dirección de mail marcelocippitelli@gmail.com o a su celular (011) 15 5376-5823.