top of page

La Revista Cultural La Palestra Noticias es un espacio de encuentro para compartir el amor por el Arte, por el Deporte, por la Literatura, por la Salud, por los conocimientos de Astrología, por el Medio ambiente y su cuidado, por la cultura de cada Sociedad y su gente; por los viajes, la oportunidad de descubrirnos diferentes y semejantes.   

15 de mayo de 2015

Emboscada a la Isla de la Basura

Qué hacer con la basura no degradable es un problema que sigue acumulandose mientras sigamos mirando para el costado. Boyan Slat entendió esto en un viaje que hizo a las islas de Grecia en donde se sintió frustrado al encontrar en el agua  más cantidad de bolsas plásticas que peces. Su preocupación lo impulsó a idear un plan para limpiar los océanos del mundo. 

 

Por Florencia Beláustegui

El final de la década de los ochenta y principios de los noventa, en todo el mundo se caracterizó por ser una época de consumo desmedido por parte del hombre. La globalización estaba comenzando, la fantasía de la aldea global tocaba a la puerta y la tecnología era la materialización de todo aquello. El consumo, el «uso y tiro» y el abuso de los recursos naturales también estaban en auge. Como contrapartida a este desborde, una fuerte propaganda ambientalista comenzó a imponerse. Sin embargo, los resultados de esa «concientización ambiental» comenzaron a notarse con fuerza recién en el nuevo milenio.

 

Si bien cambiaron muchos habitos y costumbres, hoy no basta con separar nuestra basura o cuidar el agua que usamos en nuestra casa. Tenemos que dar un paso más y sanar las heridas que provocamos. Uno de esos daños es la contaminación absurda de los océanos y la prueba de esto son las islas de basura que se formaron en los océanos Pacífico, Atlántico e Índico, los tres océanos más grandes del planeta. La cantidad de desperdicio plástico que hay en estos islotes es incalculable y si no hacemos nada, seguirán allí por décadas.

 

Puntualmente, en el océano Pacífico, flotando entre Hawai y California, se encuentra la llamada isla «El Vortex de basura del Pacífico». ¡Su tamaño es equiparable a las provincias de Tierra del Fuego y Chubut juntas! Varias son las consecuencias mortales que acarrea esta basura. Por un lado, y tal vez la más obvia, es la contaminación del océano. La segunda es el peligro que significa para los animales marinos que no saben distinguir entre el plástico y su alimento natural. Tanto tortugas, gaviotas, como ballenas y ballenatos fueron encontrados muertos en las playas debido a que sus estómagos estaban saturados de este material que no pudieron digerir ni expulsar.

 

La tercera consecuencia que se descubrió a raíz de diversas investigaciones, es que nosotros mismos terminamos comiendo esa basura. ¿Cómo? Las partículas de la basura flotante son ingeridas por peces pequeños, que a su vez son el alimento de los peces que terminan en nuestra mesa. Dichas investigaciones encontraron una conexión entre los problemas de salud y esta realidad ecológica. Según el Dr. Vom Saal de la universidad de Missouri, diagnósticos como la diabetes prematura, los problemas renales y los problemas de reproducción en las mujeres, podrían ser explicados porque al comer nuestra propia basura, estamos exponiéndonos a esta contaminación.

 

Una posible solución

 

 

A pesar de los innumerables tratados internacionales que existen para evitar que la basura termine en el mar, estos solo significan una solución para el futuro; y algunos creen que este mal es irreversible. Por suerte este pesimismo no afecta a las nuevas generaciones

 

 

Boyan Slat es un joven holandés de diecinueve años que ideó un sistema para limpiar los océanos de plástico. Su objetivo: limpiar gran parte de los océanos en un período de diez años. Esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de más de cien investigadores y ambientalistas, lograría eliminar 65 metros cúbicos de desechos por día. Mientras que el prototipo ya está funcionando y recogió plásticos de hasta tres metros de profundidad; gracias a la recaudación de cerca de dos millones de dólares, hoy se está construyendo la primera sonda.

 

 

El plan es una barrera flotante que se aprovecha de las corrientes oceánicas para desplazarse e ir capturando la basura plástica. Al utilizar las corrientes marinas y los vientos oceánicos, el sistema sigue la misma ruta que los residuos a limpiar, además de que no insume energía.

 

 

Para cuidar nuestro planeta, no basta con cambiar nuestros hábitos de ahora en adelante, sino que debemos recomponer lo que destruimos: limpiar lo que ensuciamos y ordenar lo que desordenamos. Concientizar que no somos los amos y señores de este Universo y que compartimos el planeta con otro millar de especies es un primer paso para empezar a cambiar. 

 

 

Proyecto: www.theoceancleanup.com

 

bottom of page