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Deja que corra el agua

(video oficial)

19 de noviembre de 2015

«La música es tan parte de mí como el resto de mis partes»

Un encuentro con Cata Raybaud, cantante, compositora y guitarrista… Con treinta años recién cumplidos, ya sacó dos discos, y su carrera avanza a pasos agigantados.

 

Por Clara Cinto Courtaux

 

La Palestra tuvo la oportunidad de encontrarse con Cata Raybaud, talentosa mujer, para compartir un poco de su trayectoria y sus proyectos.

 

¿Cuándo sentiste por primera vez el llamado de la música? ¿Cómo empezaste a meterte en ese mundo?

La música siempre fue parte de mi vida. Mi casa se inundaba de rock nacional, de bossa nova y algo de jazz gracias a mamá, que desde chica tiene fascinación por la  música; aunque ella eligió la psicología como compañera de ruta. Me crié con música, crecí con música y la sentí parte de mí desde un principio. Tuve la suerte de tener acceso a diversos instrumentos y sentí una conexión enorme con la guitarra y la percusión. Elegí la guitarra y la voz como canal y medio de expresión.

¿Qué músicos te inspiraron e inspiran?

Crecí con Fito, Charly, Fabi e Hilda. También con la Negra Sosa, Julia Zenko, María Elena Walsh, Sandra Mihanovich, Celeste Carballo y tantos otros que marcaron mi infancia y adolescencia de una manera muy fuerte. La bossa nova fue un género que me enamoró de entrada. Caetano, Gilberto Gil, Joao Gilberto, Marisa Monte, Maria Bethania eran caricia para mis oídos y felicidad para el alma. Con el tiempo recorrí diferentes géneros y pasé por etapas más poperas, rockeras, jazzeras, etc. En ese recorrido aparecieron los músicos que marcaron mi identidad como músico (cantautora) con los que me sentí reflejada desde un principio en un estilo o un no estilo definido, donde los géneros se entrelazaron en una unión perfecta y donde la canción era la única protagonista.

Apareció Jorge Drexler, era la fusión de toda la música que alguna vez me había marcado en una sola, y más. Kevin Johansen, el des-generado que entrelazó la música de Latinoamérica de un modo muy genuino, sencillo y hermoso… y de ahí en adelante, aprendizaje puro.

Contanos algo que te haya sorprendido cuando entraste al universo de la música, tal vez algo que no te imaginabas…

No me imaginaba que para llevar adelante mi proyecto musical me iba a tener que convertir en una especie de “empresaria” ocupando la mayor parte de mi tiempo en las diferentes áreas que hacen posible el desarrollo del músico (como management, prensa, organización de eventos, marketing online, entre otras tantas) poniendo en último lugar la música, la composición, la conexión con el instrumento, que es lo que me trajo hasta aquí y me mantiene viva.

 

¿Cuál fue tu mayor desafío al encarar esta profesión?

Sostenerla es mi mayor desafío. Es una profesión muy rica, llena de micro-mundos y aprendizajes y con muchos caminos para tomar a la hora de llevarla adelante. Es una carrera larga donde la inversión es constante y las desilusiones continuas aunque también esté repleta de satisfacciones. Por suerte la música es tan parte de mí como el resto de mis partes y aunque quisiera dedicarme a otra cosa, no podría.

¿Cómo fue lanzar tu primer disco?

Fue una oleada de aprendizaje y una experiencia increíble. Descubrí de qué se trataba el proceso de “Grabar un disco”, sus pasos y etapas, gracias a amigos y conocidos que habían pasado por esto. Me puse en contacto con los técnicos, estudios de grabación y músicos que quería que fueran parte de este proyecto y me entregué nomás… El resultado fue muy bonito, muy rico. Un disco fresco con un audio excelente y con la ingenuidad y la magia del azar, gracias al suceso de circunstancias.

Lo loco fue cuando lo tuve en la mano… Ahí sentí que estaba dentro de un juego de mesa y que estaba parada en el casillero de salida. Mi recorrido empezaba ahí y estaba justo en el punto de partida. Era algo muy grande de lo que me tenía que hacer cargo, acompañar y cuidar para hacerlo crecer y que todo el trabajo que había detrás tuviera un propósito de ser.

¿Qué sentís o crees que aporta tu segundo disco?

El segundo disco me encontró parada en otro lugar. Me fui convirtiendo en mujer con el paso del tiempo y las experiencias, con ideas más sólidas de la vida y del amor. Siento que es una especie de sello, de identidad, no sólo como persona sino también como músico. Este disco tuvo otra búsqueda y dedicación en cuanto a la producción y a la base rítmica. Incorporamos la percusión como parte estable del grupo y arreglamos los temas partiendo desde ahí. Armé arreglos para guitarras que decoraron introducciones y marcaron diferentes climas. Hay una idea de historia desde lo musical, un viaje en cada canción con un punto de partida, un recorrido y un destino final.

¿Cuál es tu tema favorito, de tu propio repertorio?

Me cuesta elegir un tema porque fueron variando mis favoritos a través del tiempo y de las circunstancias. Hoy uno de los temas que más disfruto escuchar y tocar es Perfecto extraño (en el que me acompaña Kevin Johansen con su voz).

 

¿Qué consejos le darías a alguien que está empezando en el mundo de la música?

Que sea fiel a sí mismo, que trate de ser auténtico. Cuando uno ama lo que hace y lo hace con amor y dedicación, disfrutando del recorrido, tarde o temprano llegan los frutos.

 

¿Cuáles son tus próximos planes?

Me estoy yendo en febrero de gira a México a presentar “Deja que corra el agua” con Martin Nastri (bajo) y Rodrigo Genni (batería) y estoy trabajando en la composición y producción de nuevos temas para un futuro material discográfico.

Y con respecto a los próximos shows, este viernes 20 de noviembre voy a estar tocando en Casa Sofía, un espacio cultural muy lindo, que abrió sus puertas hace poquito.

Conversar con Cata es, además de interesantísimo, un placer... podríamos seguir largo rato. Pero por ahora vamos a dejarla acá… ¡Hasta la próxima!

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