top of page

La Revista Cultural La Palestra Noticias es un espacio de encuentro para compartir el amor por el Arte, por el Deporte, por la Literatura, por la Salud, por los conocimientos de Astrología, por el Medio ambiente y su cuidado, por la cultura de cada Sociedad y su gente; por los viajes, la oportunidad de descubrirnos diferentes y semejantes.   

24 de abril de 2017

Ubud, una versión del paraíso

 

Por Clara Cinto Courtaux

La madrugada del 15 de mayo del 2015, Wayan, el taxista que nos llevó desde el aeropuerto de Denpasar a Ubud, me bautizó Ketut-Clara. Resulta que los balineses tienen la tradición (entre tantas otras dado que sus vidas están colmadas de ellas, ceremonias y rituales) de bautizar a las personas según el orden en que llegan a la familia. Así, tienen solamente cuatro nombres que valen tanto para mujeres como para hombres. En orden del primero al cuarto, estos son: Wayan, Made, Nyoman y Ketut. Lui, mi compañero de viaje, entonces resultó ser Wayan-Luis.

 

Cuando bajamos del taxi, ya en la guest house donde nos hospedamos, nos recibió un hombre pequeñito y sonriente (a pesar de que claramente lo habíamos despertado), estiró su mano para presentarse diciendo: «Ketut». Le respondí con una sonrisa y estiré la mano mientras, sorprendida le decía: «I am Ketut too!» («Yo también soy Ketut»). Nos reímos los cuatro. Esa fue nuestra llegada a la isla de Bali que, entre las sombras generadas por la oscuridad de la noche, parecía una belleza. Belleza oriental, exótica, de una estética compleja, pero belleza profunda.

Ubud, de día es la belleza que las impresiones nocturnas prometían. Selva, toda selva y terrazas de arroz. Los monos son transeúntes y una gran atracción para los turistas que caminamos maravillados por estas callecitas repletas de barcitos, de puestos y de sonrisas. Es cierto que Ubud es muy turística, y que somos muchos paseando por sus calles, pero nada de eso le quita el encanto, nada nubla la belleza de sus colores y su espiritualidad proclamada en sus tantísimos templos; en el yoga que se respira; en el modo de andar de algunos…

 

La comida aquí es deliciosa. Los sabores balineses se mezclan con otros del resto de Asia, y los jugos de frutas naturales hechos en el momento completan el combo. Todo es super accesible, fresco y sabroso. Recomendados hasta ahora: el «tahu goreng manis» (tofu en una salsa balinesa muy rica, super –pero equilibradamente– especiada) y el «tuna panggang sambal matah» (es atún grillado con una salsita parecida a nuestra criolla, también con arroz y verduras). Ubud ofrece tantas opciones de lugares para comer, como platos y precios. Hay de todo, y hasta lo más ridículamente barato es riquísimo.

Ubud, paises exóticos del mundo, donde viajar

Bali es una mezcla de paz y armonía y un pasado turbulento de violencia. La religión predominante en Indonesia es el islam, pero la población de Bali es hinduista en un 90% (un hinduismo-balinés, que mezcla la doctrina hindú con el culto a los santos budistas). El territorio de la isla ha visto mucha muerte, mucha lucha, muchos intentos de conquista, mucho enfrentamiento de poder. Y ni hablar del tráfico de drogas… tan fuerte, tan difícil y tan presente, a pesar de tener leyes extremas al respecto, con pena de muerte incluida. Los policías son atentos y amables, pero tienen fama de ser hiper-corruptos; por suerte todavía no tuvimos ocasión de comprobarlo (y esperamos no tenerla en ningún momento, prefiero quedarme con la duda).

 

La noche es muy divertida. Muchos bares, muchos, muchos para elegir. Bandas en vivo, balineses tocando y bailando salsa… ¡Los ritmos latinos apasionan al mundo entero!

Ubud tiene una sola biblioteca, Pandok Pekak, a la cual uno puede asociarse para sacar en préstamo los libros que quiera. Tienen un espacio dispuesto para la lectura y ofrecen cursos y talleres de artesanías, pintura y demás artes que aquí son tan exploradas. Es que la vida artística de este lugar es tan frondosa… ¡El arte está por todos lados! Especialmente el arte plástico, en las miles de galerías que se cruzan en el camino, así como la danza y la música.

 

El domingo (nuestro segundo día acá) empezó con un rico desayuno, como todos nuestros días en realidad… Pero con un invitado especial a la mesa. Resulta que mientras charlábamos y disfrutábamos del calorcito de la mañana, muy sigilosamente se acercó un mono a nuestra mesa y trepó a la silla vacía. Sin el mínimo reparo fue seleccionando del plato las frutas que más le tentaron, comiéndolas como si nadie más estuviera ahí. Sorprendidos los dos, tanto por el mono sentado a la mesa como por su tranquilidad y nula agresión, nos levantamos lentamente, mientras le avisábamos a los dueños de la posada que teníamos «a new friend». En cuanto el monito (colmillos grandecitos al margen) se dio cuenta de que se le venía la noche, rápidamente se metió varios pedazos de sandía bajo el brazo, abandonó la silla y trepó al techo como si nada. ¡Maravillosa naturaleza en la que estamos! Salvaje y divina.

 

Y si de monos se trata… Ubud es el paraíso. No solamente andan libres por todo lados, trepando palmeras, gente y platos de fruta ajenos, también tienen su propio santuario, el «Monkey Forest». Es un lugar bellísimo, una selva que tiene en su interior tres templos. La misión del «Sacred Monkey Forest Sanctuary», como ellos mismos explican, es conservar el área basándose en el concepto Hinduista de Tri Hita Karana, que significa algo así como las tres formas de alcanzar el bienestar físico y espiritual. Lo sustancial de esta doctrina radica en cómo hacer que las personas mantengamos vínculos armoniosos en esta vida: armonía entre las personas, armonía con la naturaleza y armonía con Dios. Esto reza y propone el Monkey Forest. Es por eso que hacen especial hincapié en el respeto por la naturaleza y los cuidados que debemos tener, ya que los monos están sueltos y cualquiera puede darles bananas, sacarles fotos y demases. Es muy lindo verlos andar por ahí sin problemas y loquísimo lo acostumbrados que están al contacto con los humanos.

Como para completar «la información turística» del lugar, los tres templos que están dentro del parque son: «Pura Dalem Agung», el templo principal dedicado al dios Hyang Widhi, el transformador; «Pura Beji» donde se rinde culto a la diosa Gangga, y que es un templo de purificación; y por último «Pura Prajapati» ubicado junto al cementerio el cual (en realidad) solo se utiliza de forma temporaria mientras se espera el día de cremación masiva, que es cada cinco años.

 

Los templos en Ubud son tantos… la ciudad está construida sobre ellos. Ningún otro pueblo de la isla de Bali tiene tantos templos como tiene Ubud. No es raro suponer que de allí venga también la espiritualidad de este lugar, que es único y enamora.

Templos en Bali
Templos en Bali
espiritualidad hindu, religion, fe,
bottom of page