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7 de diciembre de 2016
Sólo llamé a decirte que te amo
Una propuesta teatral única, que rompe el espacio institucional para acercarse a los hogares de los vecinos del barrio.
Por Victoria Giunta
Sólo llamé a decirte que te amo es una obra escrita y dirigida por Nelson Valente, y que forma parte del proyecto “El 25 va a tu casa”, organizado por el Centro Cultural 25 de Mayo de Villa Urquiza. La historia, una comedia doméstica, toma como escenario el propio comedor de las casas de los vecinos del barrio. Cada domingo la obra se re-adapta para ser interpretada en un nuevo hogar, llevando así el espacio teatral a una intimidad que separa -por pocos centímetros- al actor de los espectadores.
El domingo pasado la obra transcurrió en el comedor y la cocina de Gabriela. Al llegar, nos hicieron pasar y nos encontramos con unas treinta sillas alrededor de una mesa redonda, un teléfono, un equipo de música a un costado y algunos otros objetos pequeños.
Patricia, la protagonista de la historia, es docente y madre soltera de dos mellizos veinteañeros. Es la encargada de llevar adelante su casa y mantener, además de a sus hijos, a su madre (que aún no acepta que ya pasó su adolescencia), a su hermana, y a Camila, la novia de uno de los chicos.
La proximidad con los actores genera un vínculo especial con la historia. De a ratos se podían escuchar expresiones de los espectadores que no podían controlarse, como así también se podía apreciar las caras y los gestos de cada uno de los actores. “Requiere mucha concentración” contó Mayra Homar, la actriz que interpreta a Patricia, “en cada casa los espacios cambian y hay que tener cuidado con los movimientos. Además, al tener a los espectadores tan cerca es muy difícil no cruzar alguna miradita con alguno; los pies, las uñas, los gestos, ¡todo se ve! Es una experiencia súper enriquecedora; lleva a foguearte”. Por otra parte agregó: “Es como un Gran hermano, pero de ficción”.
Fotografía por Laura Castro
Fotografía por Laura Castro
Al finalizar la obra compartimos algunas cositas ricas en el patio, en donde actores, productores, espectadores y la dueña de la casa intercambiamos experiencias. Ahí conocí a Claudia y Andrea quienes me contaron que, como madres, se sentían muy identificadas con el personaje de Patricia; que al estar tan cerquita sentían ganas de poder intervenir en la obra. “Me encantó, me dan ganas de hacerlo en mi barrio” sentenció Andrea.
Hablando con Aldana, la productora general, nos contó que son los vecinos quienes postulan sus casas, entonces ella las recorre y selecciona las que tengan el especio más adecuado para poder llevar adelante la obra. Los actores conocen ese mismo día “el escenario”, y los espectadores son, en su mayoría, invitados por el dueño o la dueña del lugar.
Le pregunté a Gabriela, la anfitriona de ese domingo, cómo sintió la experiencia de ver su propio comedor como espacio teatral: “Desde que vi la propuesta sabía que quería esto. Sentí como que otra familia estaba viviendo en mi casa, me causó una sensación rara y muy linda. Se mueve la energía, es sano. De hecho, con uno de los muebles que cambiaron de lugar para poder interpretar la obra, les pedí que lo dejaran allí, donde ellos lo habían ubicado. Me encanta que mi casa sea un espacio artístico; para mí, disfrutar la casa es esto”.
La gran mayoría de los espectadores se sorprendieron con la propuesta. Es interesante ver como cualquier lugar es fértil como espacio teatral. En lo personal, la experiencia me pareció súper interesante, y estaría buenísimo poder llevarla a otros barrios, y acercar el arte de una forma distinta y creativa.
