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24 de julio de 2017
Por el placer de nadar
Entrevista a Mario González
Al día siguiente de la tormenta de nieve que cubrió el sur del país de blanco, Mario González de Zapala, se fue a nadar al lago en Caviahue… «¿A nadar?» Se preguntarán ustedes. Sí, a nadar. Mario es nadador de aguas frías y este 25 de julio, en Villa La Angostura, junto a compañeros del grupo NAF (Nadadores de Aguas Frías) realizará una charla para quienes quieran acercarse a esta disciplina. Y el miércoles se llevará a cabo una inmersión de bautismo en el Lago Correntoso. ¡Están todos invitados!
Mientras tanto, desde el calorcito de la chimenea, yo (que me cuesta bañarme en el Lago Lacar en pleno verano) me fasciné con la historia de este aventurero que hace poco cruzó el canal de Beagle y que nadó en las aguas heladas de las Islas Malvinas.
Flor Beláustegui: ¿Qué es NAF?
Mario González: El NAF es una agrupación para nadadores de aguas frías, surgió hace un par de años por iniciativa de dos personas: Walter Ruano de Ushuaia y Camilo López de Buenos Aires. Se contactaron vía facebook, después vía wsp., para finalmente encontrarse en persona en Ushuaia. Walter que había participado de una carrera en Calafate en donde había muy pocos argentinos inscriptos, se dio cuenta de que, como estaba planteada la actividad hasta ese momento, era inaccesible. Entonces se le ocurrió la idea de generar algo más comunitario, algo con lo que la gente pudiera ponerse en contacto y colaborar entre sí. Al poco tiempo de su formación, empezó a sumarse gente de todo el país. Hoy por hoy somos un grupo de centenares de personas que nos contactamos principalmente a través del grupo de Facebook. Si bien el NAF es muy fuerte en la Patagonia (Viedma, Calafate, Comodoro Rivadavia), también participan desde Mar del Plata, gente de Córdoba, Rosario y Buenos Aires.
FB: ¿Qué logística implica esta actividad?
MG: Hay que tener en cuenta que cuando participas de una carrera o de un cruce, siempre tiene que ser con seguridad, porque no es una cosa que uno puede tirarse solo al agua y decir: «Me cruzo un lago así nomás». Para que la cosa sea segura y seria, hace falta ayuda; siempre una embarcación para que te acompañe y te ayude en lo que necesites. Entonces, la logística implicaría como mínimo una embarcación de seguridad.
En la provincia de Neuquén, la actividad está creciendo mucho en verano, por ejemplo en San Martín de los Andes, para el aniversario del pueblo, se hace la carrera del Lago Lacar. También se hacen cruces de lago en Villa Pehuenia, en Mari Menuco, en el Chocón, en Bariloche… cada vez en más ciudades. Desde hace muy poco, algunos nadadores comenzamos a hacer esta actividad en invierno y sin traje de neoprene. Eso implica otras cuestiones. Por el momento no se hacen carreras, sino que son travesías, cruces entre amigos que como seguridad siempre tenemos torpedo y normas básicas como estar bien entrenados y dietas especiales. Se está aprendiendo mucho sobre el tema, y siempre están surgiendo cosas nuevas.
FB: ¿Cuál fue la última travesía invernal que hiciste?
MG: Hace poquito, ahora en invierno, organizamos con el grupo NAF un cruce internacional de Chile a Argentina, uniendo ambas naciones a nado por el Canal de Beagle, el canal más austral del mundo. Éramos seis nadadores del grupo NAF: tres de Buenos Aires, uno de Río Gallegos, otro de Colonia Sarmiento (Chubut), y yo de Zapala (Neuquén). Poder haber organizado, llevado adelante y haber completado esta travesía nos llena de alegría y orgullo, porque al día de hoy no hay muchas personas que hayan hecho este cruce en invierno.
FB: Contanos sobre tu visita a las Islas Malvinas.
MG: Fue este año, en marzo. Esta actividad [por el nado] me llevó a participar de un evento muy importante para la República Argentina. Se hizo por primera vez en las Islas Malvinas un evento organizado por argentinos. Claudio Plit, que es un gran nadador de aguas abiertas, tal vez el más grande que tenga la Argentina, cuatro veces campeón del mundo, fue quien decidió y organizó la carrera en Malvinas. Tuve la suerte de poder participar. Fuimos treinta y dos nadadores que estuvimos una semana en las islas. Además de poder participar de la actividad, como argentinos fue una actividad muy sanadora la de poder estar ahí, haciendo presencia, tomando contacto con los isleños, pudiendo sanar heridas colectivas muy fuertes. En este grupo de nadadores había dos ex combatientes y dos hijas de ex combatientes. Tal vez fue eso lo más importante que haya hecho para el colectivo de la sociedad a través de la natación. El año que viene se va a repetir. No sé si voy a poder participar, pero lo importante es que la carrera se vuelve a hacer.
FB: ¿De qué se trata el evento que se realizará el 25 de julio en Villa La Angostura?
MG: Existe en Villa una organización de aguas abiertas que desde hace nueve años organizan carreras de nado durante el verano. Conocieron las actividades del NAF y nos convocaron (a Sebastián Rodríguez de Viedma, a Camilo López y a mí) para dar un taller para los que quieran iniciarse al nado de agua fría. Eso va a ser el martes 25 en el natatorio «Génesis». El miércoles 26 vamos a hacer una inmersión e invitamos a todos los que quieran iniciarse. Va a ser en la costa del Lago Correntoso, y va a haber un despliegue importante de médicos, seguridad, kayacs de apoyo, etc. Para los que se inician está pensada una inmersión de entre cinco y diez minutos, y para los que tengan experiencia, un nado un poquito más extenso.
FB: ¿Qué consejo le darías a quienes recién se están acercando a esta disciplina?
MG: Lo primero es estar bien ambientado al agua. Es muy importante estar adaptado al medio acuático, aunque sea desde la pileta. Todos los nadadores de aguas abiertas, el entrenamiento, lo hacen en natatorios. Después hay varias cosas más, pero lo más importante es querer nadar en aguas frías, no hacerlo por otra cosa que no sea nadar. Buscar que sea una actividad placentera.
FB: Y vos, ¿por qué nadas?
MG: Yo, en lo personal, nado porque estoy conectado con el agua desde muy chico. Soy zapalino y siento que vivo rodeado de paraísos, acá, a no más de 110 o 200 km. Son los lagos Quillén, Rucachoroi, Ñorquinco y Aluminé. Es un placer muy grande para mí poder disfrutar de estos lagos desde el agua.
FB: Sin duda es un deporte extremo, desde varios puntos de vista: el cuerpo tiene que adaptarse y funcionar en aguas gélidas; superar el vértigo de estar nadando sobre profundidades inmensurables y tener un estado físico que aguante largas distancias de ejercicio. ¿Qué se siente descubrirse ahí en esa mitad del agua? ¿Por dónde nadan tus pensamientos?
GM: Mientras nado me sirve tener pensamientos positivos. En general, soy una persona positiva en la vida, y me gusta pensar mucho en los afectos, en las personas importantes que tengo en mi vida: amigos, familia. Después…, pienso cosas mías. También, en alguna oportunidad, nadando he pensado en cosas de mi vida, en dudas, y no me ha sido tan efectivo, sobretodo participando en carreras (se ríe) ¡terminé siendo mucho más lento! Es bueno estar concentrado, muy relajado, muy tranquilo y un poco lo que me acompaña es eso.
Cada nadador debe tener distintas maneras de sentirse acompañado o de juntar fuerzas. En mi caso, a mí me hace muy bien pensar en la gente querida, amada, en la vida misma, en agradecer el poder estar haciendo eso…
FB: ¿Qué es lo que te apasiona de nadar?
MG: Por lo general disfruto de los paisajes desde el agua, esa es una de las cosas que más me gusta de las aguas abiertas, y me digo: «qué privilegio de la vida poder estar en el medio de un lago (como el Gutiérrez, el Lacar o el Espejo), estar bien en el medio…»
