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Luna Búdica, cómo aprovechar su influencia
Por Marcelo Cippitelli, Astrólogo Kármico y Ancestral, Psicólogo Social.
De todos los astros considerados por el estudio de la Astrología, la Luna es la más directa y concreta en sus influjos. Sus movimientos tienen relación directa con sucesos a nivel macro y micro dentro de la esfera terráquea. Y, por supuesto, afecta decisivamente nuestra cotidianeidad.
Si bien solamente un astrólogo experimentado puede dictaminar de qué forma influyen los movimientos y fases lunares en cada individuo; existen pautas que pueden emplearse para conocer la manera de acomodarse a los movimientos del plateado satélite.
Desde esta columna les voy a proveer algunas pautas de manejo elementales que cualquiera pueda usar.
Luna Búdica
Durante cada signo solar, o sea los clásicos signos que reconocemos en el Zodíaco por nacimiento (Aries, Tauro, etcétera), se produce siempre una Luna Llena (en un ciclo de 28 días). Esa Luna Llena brilla en el signo opuesto al signo solar que esté rigiendo en una contraposición complementaria, como se marca en la tabla.
Considerando este listado, sólo tenemos que consultar un sitio serio para saber cuál es el signo que está rigiendo, y un simple calendario lunar o almanaque (hay muchos sitios web que proveen esta información). De esta forma podemos conocer el momento en que la Luna se hace “Llena” en nuestro signo solar. Esto siempre ocurre unos seis meses antes a nuestro cumpleaños. Muñidos de este dato, conocemos nuestra Luna Búdica, es decir la que se produce en el mismo signo que nuestro signo solar.
Su influencia abarca desde el día anterior a producirse la Luna Llena, hasta pasados unos seis días de la misma, es decir hasta el día anterior al Cuarto Menguante.
Tabla de signos de contraposición complementaria
¿Y de qué manera nos afecta este fenómeno? Durante estos siete días nuestro Conciente y nuestro Inconsciente se hallan en un estado de conexión muy estrecho, cuando la información puede circular con escaso filtro entre uno y otro. Normalmente existen “barreras” que impiden que la información almacenada en el Inconsciente pueda pasar demasiado libremente al proceso de pensamiento cotidiano. Si esto ocurriera habitualmente, podría resultar un tanto incómodo. Por algo la información se almacena de manera tan cautelosa. Pero en esta oportunidad anual, mediante el fenómeno lunar, ambos hemisferios unen sus fuerzas. El Hemisferio Derecho del cerebro (femenino, sensible, intuitivo, artístico, onírico) se aproxima en su punto máximo anual al Hemisferio Izquierdo (masculino, racional, consciente, matemático, material, práctico).
De esta forma nuestro proceso de pensamiento cuenta con infinidad de datos que habitualmente no estarían a su disposición. Se afirma que en esas circunstancias podemos comprender muchos temas sobre los que veníamos trabajando en los últimos tiempos; resolver enigmas propios de personalidad; entender los procesos por los que estamos transitando; hacernos conscientes de algunos conflictos de las relaciones que venimos viviendo; alcanzar la comprensión de aquellas cosas que hace tiempo nos conflictúan. En fin, de alguna manera me atrevo a decir que es la luna en la que nos podemos “iluminar”, cada uno en su medida y esfuerzo. Es la Luna que nos ayuda a tomar decisiones correctas porque contamos con mayor cantidad de datos.
Si bien la consideramos una Luna muy benéfica para todo aquel que quiera evolucionar en su camino de vida, en algunas ocasiones puede causar una cierta incomodidad. Algunos procesos, cuando son elevados al plano consciente, se pueden volver un tanto molestos. No todos quieren ver su interior en plenitud. Sin embargo, bien vale la pena esta profunda indagación que nos brinda el espejo lunar.