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La Revista Cultural La Palestra Noticias es un espacio de encuentro para compartir el amor por el Arte, por el Deporte, por la Literatura, por la Salud, por los conocimientos de Astrología, por el Medio ambiente y su cuidado, por la cultura de cada Sociedad y su gente; por los viajes, la oportunidad de descubrirnos diferentes y semejantes.   

16 de septiembre de 2019

Emprender el vuelo

Liberación de cóndores en Sierra Pailamen

 

Entrevista a Silvia Peralta y a lic. Daniela Rodríguez 

El 6 de septiembre se llevó a cabo la liberación de seis cóndores en la Patagonia. Este suceso absolutamente trascendental para estas aves, las cuales algunas volvieron a volar y otras fue su primer vuelo en libertad, fue gracias a un acto de absoluto amor. Frente a tanto egoísmo e irresponsabilidad por parte del ser humano para con nuestro planeta, la Fundación Bioandina Argentina a través de sus programas «Conservación del Cóndor Andino» y «Retorno del Cóndor al mar», junto a un grupo de profesionales y voluntarios, trabajan todos los días para cuidar y conservar la vida de los cóndores: «el nexo entre los dioses y los hombres» como la memoria de los pueblos andinos los recuerdan. 

 

Esta liberación es la culminación de un trabajo que comenzó hace mucho tiempo y es el comienzo para todo un nuevo estudio de campo. Desde La Palestra nos contactamos con la lic. Daniela Rodríguez, quien trabaja con el programa desde Ecoparque y con Silvia Peralta, tesorera y fotógrafa de la fundación, quien presenció esta última y muchas otras liberaciones.

 

Si bien hablamos con cada una de ellas por separado, fusionamos ambas charlas en esta única entrevista porque sus respuestas, las anécdotas, la experiencia de cada una se fueron entrelazando y completándose mutuamente: dos entrevistadas, una misma pasión. 

 

El primer encuentro fue con Daniela, con quien charlamos sobre esta bandada, la liberación más grande que se hizo en la Argentina. 

 

DR: En esta oportunidad tenemos dos condoritas de rescate de Río Negro: una se llama Ñorquinquera que vino pichón y estuvo con nosotros recuperándose unos meses y que por suerte ya estaba lista. La otra es Paqarina. Por otro lado, tenemos a Karut que es un pichón que nació el año pasado en el centro de incubación que tenemos acá en el programa en Ecoparque. Dentro de la bandada que se liberó el sábado también está Amancay, una condorita que tuvo la pareja reproductora de Temaiken. En su caso, el huevo fue incubado por el padre y la madre y lo criaron ambos también. Luego, los juntamos con toda la bandada allá en la base de campo de la plataforma de liberación. Después, tenemos a Suyán (Esperanza) que vino de El Parque Ecológico y Faunístico Yastay, de la Rioja. Y Takiyiwe del Parque Faunístico de San Juan. Y ahí tenemos la bandada de los seis cóndores. 

 

LP: Sobre Karut, Silvia nos contó que lleva ese nombre porque al momento de nacer, cuando terminó de cascar el huevo, se produjo un trueno y nació… Por eso tiene el nombre KARUT, que significa «trueno». Vos, personalmente, ¿a cuántos ejemplares asististe en el nacimiento?

DR: Karut fue mi primera incubación y cría en aislamiento humano. Si cruzamos los dedos este año vamos a tener más. Estamos justo en época reproductiva esperando los llamados de los distintos lugares. 

 

LP: ¿Cómo fue ese momento de verlo romper el cascarón?

D: Fuertísimo. ¡No me imagino cuando vea las imágenes de Karut volando! Se me pone los pelos de punta. 

 

LP: ¡Me imagino! Se crea un lazo fuerte entre ustedes y las aves, ¿no?

DR: Sí, totalmente… y todo el cuidado y el amor que le damos. El cuidado desde el anonimato, porque nuestro trabajo es detrás de bambalinas. La idea es que estos cóndores que rescatamos y criamos, cuando vayan o vuelvan a la naturaleza, sigan siendo cóndores, es decir, que no se transformen en una mascota y que busquen al ser humano para que les den comida; que se comporten como cóndores. Esto lo logramos trabajando todo, todo, todo, en aislamiento humano. Solo nos ven cuando tenemos que hacerles algún chequeo sanitario que es un condicionamiento negativo… Es decir, nunca tienen con el ser humano un condicionamiento positivo. 

LP: Nos contaban que todos los cóndores liberados son marcados para poder realizar el seguimiento. Con este seguimiento: ¿qué aprendieron?

DR: El área de acción del cóndor andino es sorprendente, es decir cómo va cruzando las fronteras: Chile, Bolivia, Argentina, eso es una maravilla. Otra de las cosas para la que nos sirvió mucho el seguimiento y sorprendió mucho (yo no estaba en ese momento en el programa pero me imagino que debe de haber sido una locura) es con los primeros ejemplares liberados en Sierra Paileman sin experiencia de vuelo, llegaron a la edad de adultos y pusieron un huevo y lo criaron… Y estos pichones después vuelan y después se independizan y bueno… eso es una locura, llegar a ese momento, a ver el primer cóndor que se reproduce y que lo hace bien y que sabe cómo hacerlo… ¡eso es una locura!

 

LP: Claro, porque eso marca el éxito del programa.

DR: Totalmente… porque sino sería unas meras liberaciones. 

Hablando sobre esto mismo, Silvia nos contó un poco más.

Silvia Peralta: Hay un detalle que le llamaba la atención a otros programas de conservación y es el éxito del nacimiento de los pichones a partir del huevo (que es lo que hacemos acá en el Ecoparque). Llegamos a la conclusión de que es porque cuando se retira el huevo para incentivar una segunda puesta se le pide permiso. Y ahí es cuando entran también las comunidades originarias. El programa tiene dos alas: el ala científica con el tema de los rastreadores satelitales y
toda la tecnología de avanzada, y la relación con los pueblos originales, el ala espiritual. Como todas las comunidades andinas, ven al cóndor como el ave sagrada, y
ese éxito es también por poner estos rezos que siempre se hacen para el pedir permiso para que continúe o para que ese pichón pueda volver a estar en libertad. Por ejemplo, hay una pareja reproductora en La Rioja, no puede ser liberada porque tiene un ala rota, ellos ponen el huevo, nace el pichón, si no se les pide permiso y no se lo retira, el pichón seguiría en cautiverio… Para retirárselo se le pide permiso. Entonces tiene que ser un trabajo no solo científico o técnico, sino acompañado de la cosmovisión andina que tienen los pueblos sobre el cóndor.

 

LP: Qué bueno que se pueda combinar… Porque es importantísimo y a veces uno se olvida de esa otra parte. En esta última liberación también acompañaron los pueblos andinos.

SP: Siempre participan las comunidades originarias, siempre se trata de poner el rezo. 

 

LP: Y eso es algo que hacen solo ellos o se incluye a todos los que están participando. 

SP: Es público, participa toda la gente. Y te puedo asegurar… ellos comenzaron a rezar en su lengua mapuche y enseguida hubo un contagio de silencio… Imaginate, cerca de dos mil personas, ubicados en semicírculo observando al jaulón donde estaban los seis cóndores previo a volar; un silencio muy fuerte, muy que «te toca lo que te tiene que tocar». Nosotros siempre decimos que después de esto, tu vida cambia; que cuando el cóndor vuela en libertad, que cuando hace su vuelo se libera y nosotros también nos liberamos con ellos. Y es lo mismo que enseña la sabiduría de los pueblos andinos: que te elevas con ellos y que liberas. Es muy fuerte toda la cosmovisión que hay y muy enriquecedora para los que no somos de una cultura mixta. 

 

LP: ¿Por qué se liberan en Sierra Paileman?

DR: Elegimos el lugar porque ahí la especie se había extinto. Hay registros de Darwin, de Humboldt, de Perito Moreno que relataron la presencia del cóndor en la costa patagónica, pero estuvo más de cien años extinto. Los pobladores de Sierra Paileman han contado que sí, que sus abuelos les decían que esa era la montaña del buitre, que aquella otra era la condorera… Estudiando se llegó a los nidos abandonados que antes eran usado por los cóndores. Y bueno, evaluaron que ese era el lugar para liberarlos, porque ahí tiene que estar el cóndor

 

LP: Silvia nos cuenta que ese lugar es especial, que cuando uno está allí está en paz, en conexión profunda con la Naturaleza.

SP: Sí, es mágico Paileman. Si bien es relativamente bajo porque las sierras tienen 300 msnm, es un lugar de mucho viento, de muchas corrientes de aire (el cóndor vuela con las corrientes térmicas) como la jaula es grande, unos meses antes ya se los lleva para aclimatarlos, y como hay muchas corrientes de aire, ellos ya empiezan a practicar sus vuelos dentro del recinto.

 

LP: ¿Cómo podrías sintetizar esta experiencia?

SP: Es emprender el vuelo, los que estamos observando tal vez emprendemos un nuevo vuelo en nuestras vidas y ellos emprenden el vuelo hacia la libertad, hacia el mensaje que ellos tengan que transmitir. Fundamentalmente es emprender el vuelo: entender que todos tenemos un vuelo y como te decía: ellos se liberar, vos te liberas también de cosas personales en ese vuelo. Por eso es tan emocionante. Hay algo de la energía del lugar que es indescriptible. A mí me gusta decir que Paileman es el refugio para el alma, porque ahí estás con tu alma nada más… se produce una magia que vos te olvidás de todo: del celular, de tu tarea, estás al cien por ciento… esa es la magia que logra Paileman: la conexión interna con vos mismo  y con la Naturaleza. Para mí es el refugio para el alma. Por eso se siente tanta paz.

Tomando conciencia

 

LP: ¿Cuántas aves rescatadas hay hoy en Ecoparque?

DR: Tenemos tres cóndores que están en tratamiento para ser liberados. 

 

LP: ¿Cómo es el protocolo de rescate?

DR: Puede ser un poblador que avisa a la policía o gendarmería o guardaparque…, pero en general los avisos terminan en nosotros, y cuando nos llega entonces activamos el protocolo de rescate: el pedido de traslado para que llegue lo antes posible. En general, en el lugar se le da una asistencia primaria para estabilizarlo para que el cóndor pueda tolerar el traslado, porque se hace en avión.

 

LP: En base a la población de cóndores en Argentina que se conoce, ¿el porcentaje que deben ser rescatados es mucho?

DR: Digamos que cada vez están apareciendo más. En estos momentos estamos con la gran problemática del cebo tóxico. Lamentablemente, los cóndores que son envenenados por estos cebos tóxicos no llegan al centro de rescate: se encuentran muertos o mueren antes de poder ser asistidos. Y cada vez son más. La verdad es que estamos teniendo muchos casos de cebo tóxico. 

 

LP: Exactamente, ¿de qué se trata el cebo tóxico? ¿Se utiliza para cazar a los cóndores o es para otro animal?

DR: En general, lo colocan los pobladores rurales que tienen problemas con grandes carnívoros (como pumas, zorros o perros) y que les comen el ganado. Entonces, ponen un animal muerto envenenado como cebo para que estos carnívoros los coman y mueran. El tema es que estos carnívoros son cazadores, no sirve que le pongan un cebo tóxico porque ellos cazan. Pero los que sí van son los carroñeros como el cóndor y otro montón de animales carroñeros… La escena del cebo tóxico es un animal muerto cebado con veneno y alrededor un tendal de cadáveres de distintas especies. 

 

LP: Qué tristeza…

DR: Sí, la verdad, es tristísimo, es durísimo por cómo el ser humano no cuida, no respeta al medio ambiente, a los animales, a las plantas…. al agua… Porque el cebo tóxico mata animales, contamina el suelo, el agua… es un desastre. Por eso, desde hace un tiempo estamos construyendo una estrategia contra el uso de los cebos tóxicos a nivel nacional. Estamos yendo a las distintas provincias entregando kits para asistir casos de intoxicación y para limpiar el área, para que no quede el veneno dando vueltas en el área. Pero es un trabajo duro, muy duro. 

 

Sobre estas estrategias también nos contó Silvia

SP: Este es un trabajo muy bueno que se está haciendo en catorce provincias. Se están armando talleres en las provincias donde vuela el cóndor: se trabaja en equipo con policia rural, guardaparques, guardafaunas, tratando de concientizar y buscar estrategias para que esto se frene. Porque el tema es que se envenena todo… no solo se muere el cóndor. Cuando llueve, el agua que es transmisor del veneno, lo desparrama… así que ahora se está haciendo todo este trabajo. 

 

LP: Sumado a la estrategia de esos talleres, también está la muestra fotográfica del cóndor andino, ¿no? 

SP: Sí, tenemos una muestra de fotografía que estamos llevando por todo el país. En noviembre va a estar en Bariloche (18, 19 y 20). En el tercer día, las biólogas dan un taller de estrategias contra el uso de cebos tóxicos. Esto se lleva a cabo por un convenio de la secretaría de ambiente de Nación. 

 

LP: Dentro del programa hay mucho voluntariado que los ayuda con todo esto.

DR: Sí, hay un poco de todo. Acá en Ecoparque hay personas contratadas y hay muchos voluntarios. También hay una becaria doctoral del CONICET, lic. Rayén Estrada Pacheco que es la que está llevando adelante todo este proyecto contra los cebos tóxicos. 

Además, el Programa de conservación del cóndor andino es una red de instituciones que sin esta red de instituciones totalmente articulada, no podríamos hacer lo que hacemos.

Crónica de una liberación

 

Por Silvia Peralta

 

Llegamos a la base el día anterior a la liberación. Ese día se arman los grupos de profesionales, los cuales (una vez que se liberen a las aves) serán quienes harán el seguimiento de campo de cada uno de los cóndores, con las antenas de radio, para ver cómo están interactuando. Luego, ese mismo día, subimos a la plataforma donde están los cóndores y se les colocó el transmisor satelital y el de la radio en el ala. Para ello, se los fue capturando de a uno, tomando recaudos como es colocarle un pañuelo en los ojos. [La colocación de los transmisores] no les afecta en nada es como si vos te hicieras un piercing. Después, un grupo de voluntarios se queda cerrando el recinto con medias sombras negras y el resto del grupo bajamos.

 

Generalmente viene la gente de las comunidades, en este caso vinieron quienes guiaron la ceremonia. Durante la noche previa, se mantuvo el fuego toda la noche, poniendo intenciones para que los cóndores tengan un buen vuelo e intenciones personales, también. Nos quedamos hablando con los abuelos de la comunidad (que tienen muchos conocimientos).

 

A la mañana, antes del amanecer, hicimos unos saludos y se dio por terminada esta ceremonia. En este caso, desayunamos y después fuimos al punto de encuentro en lo de la familia Botana, que es la que nos alquila el lugar donde está la plataforma de liberación. Desde allí, quienes participamos nos trasladamos caminando tres kilómetros hasta el pie de la plataforma. Una vez allí, los guías de la comunidad proceden a hacer otra ceremonia. 

 

Cuando finaliza, los de prensa subimos a un recinto de prensa que está a unos veinte o treinta metros de la plataforma; un grupo de chicos de colegios de la zona (en este caso fueron alrededor de cincuenta chicos de la escuela Paileman, Viedma y de Colonia Suiza) subieron y se colocaron entre la plataforma y el recinto de prensa. Cada uno sostiene una pluma de cóndor que previamente les habíamos dado, y en un acto simbólico las soltaron: cada uno con su intención. Las plumas quedan ahí libremente. Bajaron los chicos y una vez que estuvieron todos abajo, ahí se procedió a abrir las puerta para que de a uno o cuando cada uno lo sintiera empezaran a salir. A veces hay que esperar. 

 

En este caso tuvimos que esperar un ratito. La primera en salir fue una hembrita, luego el macho, Karut, que fue el que voló más rápido, el que se largó más rápido digamos… luego fueron saliendo el resto… Todos volaron. 

 

En este caso, ya desde antes de abrir las puertas, apareció volando al pie de la plataforma, Wichi, una hembra liberada que ahora tiene su propio nido cerca de la plataforma… Estaba allí porque una de las condoritas que liberamos, Paqarina, es su pichoncita que cuando empezó a investigar sus primeros vuelos se cayó del nido y se fracturó el ala. Quienes estaban observando la vieron. Entonces, la capturaron, la trasladamos con Aerolineas Argentinas al Ecoparque y aquí se le hicieron las curaciones y ya empezó a formar parte de la bandada que se estaba armando para esta liberación.

 

Siempre, cuando hay liberaciones de cóndores (tanto de los que nunca volaron como de los rescatados), siempre aparecen uno, dos hasta doce cóndores a recibirlos. ¿Y cómo funciona? No sabemos. Porque imaginate que el cóndor está en el Ecoparque, se lo captura, se lo pone en el canil, se lo lleva al aeroparque, en vuelo hasta la provincia que sea, siempre dentro del canil, después se lo traslada en una camioneta de guardafauna o Parques Nacionales, se lo pone en el lugar donde va a ser la ceremonia, se abre la puerta para liberarlo y siempre aparecen. Y esto te lo garantizo yo porque hace más de diez años que es estoy yendo a las liberaciones y siempre sucede lo mismo y no sabemos cómo es la conexión. 

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