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10 de agosto de 2016
La pareja, la salud y el karma
Por Marcelo Cippitelli, Astrólogo Kármico y Ancestral, Psicólogo Social.*
Estamos habituados a considerar a la enfermedad como un castigo, un estorbo que hay que sacarse de encima lo más rápido posible. Una maldición o una molestia en el camino. Y sentimos que la enfermedad aparece en nuestras vidas por medio de una lotería macabra en la que alguien superior reparte al azar las dolencias, como el sembrador esparce las semillas en el campo para que crezcan y se desarrollen en el sufrimiento de los seres humanos. ¡Y después afirmamos creer en un Dios bueno y justo...!
Desde la teoría del Karma afirmamos (no decimos que sea la verdad, sino sólo nuestra verdad) que la enfermedad es la manera en la que nuestro Ser Superior se expresa para ayudarnos a corregir el rumbo de nuestras vidas. Cuando lo podemos aceptar desde ese punto de vista, podemos sanar auténticamente. Para este análisis usamos una regla muy simple: «¿Qué me impide hacer esta enfermedad? ¿Qué me obliga a hacer?». De esa forma sencilla arribamos a la traducción del mensaje del alma y aquello a lo que la enfermedad viene a corregir en nuestro sendero espiritual.
Hay mucho más que esto con respecto al Karma Individual representado por la enfermedad, pero con ello basta para desarrollar el tema que nos ocupa: «Karma de Pareja y el Grupal» en su nivel más básico.
Algunos de los temas particulares que un alma viene a desarrollar y a aprender no pueden ser trabajados en forma solitaria. De hecho, casi ningún tópico se puede ver en el aislamiento en toda su magnitud. Por ello, para elaborar algunos puntos particulares unimos nuestra vida a otros sujetos a través de vínculos estrechos de pareja, sociedades, amistades... Sin duda, uno de los más complejos es el de la pareja. En ese punto elegimos un ser especial y perfecto para que nos ayude a trabajar nuestras formas más espinosas de aprendizaje. Para muchos, puede parecer irónico lo de «ser especial y perfecto» como elección de pareja. Sí, así tal cual lo es. Aún cuando en nuestro derrotero hayamos dado con psicópatas crueles o seres despiadados que nos hicieron sufrir. Se presentaron en nuestra existencia convocados mutuamente para aprender ellos mismos y ayudarnos a aprender.
¿Han notado que al producirse cambios de pareja, al pasar de una pareja a otra, se altera también la salud? Generalmente se sanan unas enfermedades y pueden aparecer otras distintas. Ello no implica que haya personas que nos enferman y otras que nos sanan. Solamente está relacionado con el Karma de Pareja. Cada pareja debe vivir el karma individual de sus conformantes, y un nuevo karma que es el del vínculo en particular (y del cual no podemos escapar si nos quedamos sin pareja).
Cada pareja que se conforma, firma un contrato simbólico en el que se compromete a aprender juntos determinadas cosas. Y muchas de ellas serán a través de la enfermedad. Las más complicadas, quizás. Otras serán a través de la muerte, de uno, de otro, de allegados...
En la mayoría de los casos, es uno de los integrantes de la pareja el que más se enferma. Podemos decir sin temor a equivocarnos que ese integrante es el más fuerte de ambos. Sí, el más fuerte. Para aceptar enfermarse y sufrir por ambos hay que ser muy fuerte. El otro, probablemente, no soportaría esa prueba determinada. Por ello uno se sacrifica (sacrificio proviene de «sacro oficio» u «oficio sagrado», no lo olvidemos). Es por ello que ante la enfermedad, el accidente, o el dolor de uno (ya sea psicológico, físico o espiritual) serán ambos los que deberán aprender para que la prueba pueda ser superada con éxito y el dolor no sea en vano. ¿Difícil? Sí, es posible. Pero en este plano muchas cosas lo son. Y lo más difícil es vivir sin conciencia.
No es necesario creer en este axioma. Por lo menos no con fe ciega. Pero podemos sacar mucho provecho de otorgarle el beneficio de la duda y probar de investigar qué es lo que debemos aprender nosotros mismos del dolor y la enfermedad de nuestra pareja.
Después me cuentan...
*Para hacer consultas personalizadas te podes comunicar con Marcelo Cippitelli a su dirección de mail marcelocippitelli@gmail.com o a su celular (011) 15 5376-5823.