La Revista Cultural La Palestra Noticias es un espacio de encuentro para compartir el amor por el Arte, por el Deporte, por la Literatura, por la Salud, por los conocimientos de Astrología, por el Medio ambiente y su cuidado, por la cultura de cada Sociedad y su gente; por los viajes, la oportunidad de descubrirnos diferentes y semejantes.
Con la presencia de guardaparques, representantes de instituciones locales, pobladores de la zona de Pucará y Hua-Hum, grupos de trekking y entusiastas de la lectura y la historia; el sendero hacia el paso Ilpela se habilitó exclusivamente a los fines de llevar a cabo esta actividad cultural y de hermandad entre los países vecinos. Conocido históricamente como un cruce clandestino, y cuyo sendero se encuentra inhabilitado para realizar caminatas turísticas debido a la inexistencia de controles aduaneros, el paso Ilpela resguarda un capital histórico y cultural enraizado entre los habitantes de la zona fronteriza, pero desconocido para muchos otros.
La caminata da comienzo en la zona de acampe del lago Queñi; sigue por un antiguo camino que era utilizado para el aprovechamiento forestal de la zona (principalmente de árboles de la especie Raulí), y luego se transforma en un pequeño sendero que por momentos parece desaparecer, camuflado entre el sotobosque de caña colihue y canelos.
En esta oportunidad se conmemoró el 66° aniversario del cruce que realizó el poeta Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, más conocido por su pseudónimo Pablo Neruda, desde la República de Chile hacia la República Argentina en el año 1949. La historia cuenta que Neruda se vio obligado a abandonar su tierra debido a su adhesión a la ideología y al partido comunista prohibido por aquellos años. Fue entonces que sus compañeros del partido idearon el plan de escape que finalmente –tras otros intentos fallidos- se realizó por este paso “perdido de la Patagonia”.
Hito cultural… el paso Ilpela.
El 22 de febrero pasado se llevó a cabo el trekking “Nerudiano” al paso Ilpela. Partiendo del lago Queñi, más de 35 personas madrugaron para comenzar la caminata: el mismo recorrido que 66 años atrás realizó Pablo Neruda escapando de Chile.
26 de febrero de 2015
A paso firme y constante, en cuatro horas uno se encuentra, en el medio de un claro, con una ruma (montaña de ramas). Tanto Pablo Neruda en su libro Confieso que he vivido, como el explorador y escritor Guillermo Cox describen el ritual que allí realizaban quienes utilizaban ese paso. La razón del ritual varía según a quién se le pregunte –las tradiciones suelen olvidarse de sus “porqués”- pero hay una que se repite y es la de pedir permiso a la cordillera para pasar por ella. El ritual consiste en una especie de danza alrededor de la ruma, saltando en un solo pie; luego de dar tres vueltas se coloca una rama o se deja una ofrenda de dinero. Por un lado se agradece el buen cruce, por el otro se espera que el aporte pueda ser de utilidad a algún otro caminante. Seguir practicando hoy esa danza, es la manera de mantener viva la tradición y de unirse a los hombres que transitaron estas tierras.
Con media hora más de caminata, se llega a la laguna “Pablo Neruda”, bautizada en homenaje al poeta en el año 2009 durante el primer encuentro cultural binacional, y, a unos metros, al límite con Chile. Como años anteriores, Gustavo Santos y Adriana Maddaleni, representantes de dos de las Instituciones organizadores, compartieron la lectura de distintos fragmentos escritos por el poeta en donde, fiel a su estilo, cuenta en primera persona su experiencia del cruce, de los rituales que compartió con los baqueanos que lo ayudaron a cruzar, y de la hospitalidad de quienes lo alojaron –incluso sin saber quién era ni por qué se escondía-. A orillas de la laguna, bajo la sombra del los árboles, los pobladores esperaron a los caminantes con choripanes y otros deleites. ¡¡Excelente recibimiento!!
Finalizando la actividad se hizo circular el libro de actas de cumbre del paso Ilpela en donde quienes llegan al hito dejan sus mensajes. Este libro, inaugurado el año pasado, tiene como objeto ser testimonio de la interacción cultural y de hermandad que existe entre los pueblos. La idea es que permanezca un año en cada república: en la localidad de Futrono en Chile, y en la Biblioteca 9 de Julio de San Martín de los Andes, en Argentina.
Si bien este año no se pudo concretar el encuentro con la comitiva chilena, debido a la falta de autorización del fundo que se debe atravesar para llegar al paso fronterizo, esperamos con ansias el encuentro del 2016 para poder compartir esta experiencia cultural trascendiendo fronteras.
Como nuestro camino era oculto y vedado, aceptábamos los signos más débiles de la orientación. No había huellas, no existían senderos y con mis cuatro compañeros a caballo buscábamos en ondulante cabalgata – eliminando los obstáculos de poderosos árboles, imposibles ríos, roqueríos inmensos, desoladas nieves, adivinando más bien- el derrotero de mi propia libertad. Los que me acompañaban conocían la orientación, la posibilidad entre los grandes follajes, pero para saberse más seguros marcaban de un machetazo aquí y allá las cortezas de los grandes árboles dejando huellas que los guiarían en el regreso, cuando me dejaran solo con mi destino.
Pablo Neruda, Confieso que he vivido.