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La Revista Cultural La Palestra Noticias es un espacio de encuentro para compartir el amor por el Arte, por el Deporte, por la Literatura, por la Salud, por los conocimientos de Astrología, por el Medio ambiente y su cuidado, por la cultura de cada Sociedad y su gente; por los viajes, la oportunidad de descubrirnos diferentes y semejantes.   

16 de octubre de 2019

 

«Somos aboneros de ideas (compuestas)»

Entrevista a Santiago Urribarri.

Santiago Urribarri nos recibe con alegría sincera en su vivero EcoPlant. Es un sábado por la mañana, día de movimiento, pero todavía es temprano y está tranquilo. Protegidos por el calorcito del invernáculo y el solcito de la primavera, pone la pava al fuego y nos sentamos allí mismo a disfrutar de una charla llena de proyectos concretos y sueños por realizar. Santiago es un apasionado y a cada cosa que emprende le pone mucha energía. Indefectiblemente, al escribir esta nota, resuena en nuestras cabezas la canción de Lennon y los versos que dicen: «You may say I´m a dreamer… but I'm not the only one». 

Además de trabajar en su vivero, creó la primera abonera comunitaria de la ciudad y participa activamente de la red de abonadores Compostate.sma: un grupo de vecinos comprometidos con la reducción de basura en San Martín de los Andes. 

 

L.P.: ¿Hace cuánto vivís en la Patagonia?

S.U.: Hace veinticinco años. Amo San Martin de los Andes. La verdad, es que tengo que estar agradecido y justamente es una manera de agradecer, no con palabras sino con hechos: cuidar el lugar donde nacieron mis hijas y de donde también es mi señora. Agradecido con todo.

 

L.P.: Te vemos en el canal de cable local, te escuchamos en Radio Nacional y leemos en tus redes sociales sobre la agroecología y sobre medidas individuales y comunitarias para la reducción de la basura. Una y otra vez salís al ruedo con propuestas, luchando contra los molinos de viento…

Este trabajo que haces, sin duda, refleja tu pasión por el cuidado de la naturaleza y la importancia que le das a que la gente tome conciencia de que son responsables en reducir la basura…

S.U.: Es lo que les decía: tengo una familia y de verdad que me parece importante pensar en cuando uno no esté qué va a pasar con este lugar y todo.

 

L.P.: Nos has contado que en una primera etapa del vivero trabajaban con una empresa que multiplicaba de forma microscópica las plantas de arándanos y que les enviaba los plantines y una batería de fungicidas e insecticidas. ¿Qué fue lo que te hizo cambiar de metodología? 

S.U.: Yo era un profesional recién recibido, copiaba y pegaba sin pensar. Pero bueno, me fui dando cuenta de a poco y empecé a bajar las dosis de fungicidas e insecticidas… Tuve la suerte de empezar a trabajar en Cruzada Patagónica donde laburé ocho años como técnico de campo rural. Lo más lindo es que, al principio, estaba un poco enojado porque en vez de mandarme a trabajar con productores, me mandaron a escuelas rurales con un programa que se llamaba «Una escuela, una granja». Al principio no me gustaba porque yo quería producir; armabamos invernaderos y huertas, pero los chicos te pisaban todo —sin querer— (se ríe al recordarlo) ¡cosas de chicos! Mi aprendizaje fue entender lo que me decía la docente: «Loco, pará, que acá no venis a producir. Esto es otra cosa». En definitiva, era armar invernaderos en lugares hermosos y que se utilizaran como herramienta pedagógica.

En esos ocho años tuve un proceso de desaprender todas las dosis de agroquímicos que me enseñaron; de arrepentirme, si queres, de todo lo que yo había hecho mal desde Teconoplant-ecoplant. Y [empecé] un nuevo y un hermoso camino. Siempre fui sosteniendo Ecoplant, no solo con arándanos, sino que empecé a diversificar. Tuve que reinventar un poco el vivero. Hoy agradezco poder tener una diversidad enfocado en plantas comestibles, aromáticas, frutas finas, frutales y todo bajo el concepto agroecológico. Donde lo primordial, el sol de todo esto, lo que que ilumina todo esto es el abono compuesto.

L.P.: Y esta abonera, la que da a la calle, ¿hace cuánto la implementaron?

S.U.: Al principio, separaba restos orgánicos por las plantas por una cuestión técnica. Después, surgió todo esto de la basura y demás… Entonces, con más razón, ¿no? Y así, charlando con unos vecinos, se me ocurrió empezar a ofrecerlo… Un día puse una foto ahí: «Abonera a la calle, el que se copa, que traiga». 

 

L.P.: La idea de esto es que los vecinos tiren…

S.U.: La idea de esto es promover lo importante que es separar en origen

 

L.P.: Cada una de nosotras, en nuestras casas, también hacemos abono compuesto, pero podemos controlar que no haya nada de carne. Acá, ¿cómo se comprometen los vecinos para no incluir cosas que no van?

S.U.: Bueno, eso es genial porque cuando trabajaba en la muni (trabajé dos años en la gestión anterior y dos años en esta) insistía en poner aboneras en la feria donde trabajaba, en la planta de pavimento, en varios puntos y me quedó una frase: «No, Santiago, no vamos a poner aboneras porque la gente tira cualquier cosa; la gente no camina». Me quedó la idea de «no creemos en la gente». Y si no crees en la gente ¡estás en el horno! No crees en vos mismo, ¿no? 

Sí, a veces traen cualquier cosa, pero es cuestión de charlarlo. 

 

Santiago es una persona que va de frente, que dice lo que siente y cree (y coincidimos) que hablando es la manera en que podemos entendernos. Por ejemplo, nos contó la anécdota en la que posteó una foto del abono en bolsas de naylón, fue su manera de decir: «¡Qué bueno! Ya están separando».

 

S.U.: ...y bueno se armó un lío porque la pusieron [a la foto] en FM de la Montaña y alguno dijo: «¿Quién fue el cráneo que está poniendo toda esta basura en pleno centro?». La gente critica. Estuvo bueno porque hicimos una nota con Bernarda donde pude, humildemente, explicar que si uno está encima y lo maneja bien no es basura, son restos orgánicos que se reciclan y es tierra negra fértil.

La gente se compromete: creen en vos y vos crees en ellos. El objetivo de esto es enseñar un poco y aprender.

 

L.P.: ¿Qué aprendiste vos?

S.U.: Podés creer en la gente, que está buenísimo. Que hay que creer en nosotros y en la gente. Aprendí también que vas a recibir críticas y es como dice esa frase: «hacé porque total te van a criticar siempre». 

 

La mañana avanza, desde nuestro refugio vemos el movimiento normal del vivero: la gente entra y sale, nosotros seguimos en el invernáculo protegidos de la brisa fría primaveral. En eso, vemos que entra una camioneta, es Andrés Freistav que está acompañado por su hijo. Es otro colaborador de la causa del abono compuesto. Santiago aprovecha para contarnos sobre el circuito de recolección que realizan. 

 

S.U.: Lo hacemos con un equipazo. Uno de ellos es Andrés Freistav, el otro es mi socio en el vivero, Juan Carlos Salazar. Les recolectamos los restos orgánicos, por ejemplo, a Pizza Cala, a la Resto la Costa del Pueblo, al supermercado La Cooperativa Obrera, al Jardín de infantes Semillitas, al Centro de Jubilados de La Vega y las oficinas del edificio histórico de Parque Nacionales. Y lo hacemos a pulmón, con Andrés y con Juan Carlos.

 

Entonces, dirigiéndose a Andrés, Santiago repite la pregunta sobre el compromiso de la gente frente a la separación de lo orgánico. 

 

Andrés Freistav: En general es buenísimo el comportamiento. No están tirando cualquier cosa. A veces mandan papeles, pero cada vez menos. Al principio nos pasaba que nos metían alguna proteína, pero a los tres días de charlarlo ya no lo repetían.

S.U.: Y ya está. Porque la buena intención esta.

 

L.P.: Para quienes tienen la intención, pero vive en un departamento o en una casa sin jardín ¿qué herramientas les podrías dar para que armen su abonera?

S.U.: Es lo que hablábamos la otra vez con Bernarda. Ojalá vengan nuevos vientos políticos. Porque se tendrían que juntar arquitectos, paisajistas, maestros mayores de obra. Tendría que haber una ordenanza que, así como hay parrillas en los departamentos, hayan aboneras. Tendrían que haber «aboneras ejemplos»: solidarias y a la calle en todos lados, en las plazas.

L.P.: Igualmente hay un despertar de toda la comunidad en algún punto ¿no? Las instituciones van respondiendo a las motivaciones y preocupaciones de las personas…

S.U.: Sí, con mucha cautela, con temores. 

 

L.P.:¿Conocés algún modelo de algún pueblo o ciudad que realmente sea ecológico, que sea autosustentable?

S.U.: Sí, viste que te metes en internet y está lleno de esa información. Pero también digo (porque ya cometí con tecnoplant-ecoplant ese error de copiar y pegar): contemos con lo nuestro, con nuestro contexto, por favor. Tenemos excelentes docentes, gente comprometida. Tratemos de resolverlo entre nosotros, en nuestro contexto, con lo que tenemos. Porque va a ser distinto siempre en una ciudad que en otra. Entiendo la pregunta y está comprobado que se puede hacer. Somos apenas un pueblito de cuarenta mil habitantes. No estamos hablando del Gran Buenos Aires, lugares más imposibles. Eso también me motiva a seguir y nos motiva a seguir con Andrés, porque acá donde haces cosas, impacta. Porque somos poquitos, todavía se puede cambiar un poco el rumbo.

 

L.P.: Existen muchos mitos en contra de las aboneras, por ejemplo, el que sostiene que genera ratas.

S.U.: Con un buen cuidado de la abonera no tiene que pasar. Hace más de veinte años que separo los restos orgánicos y nunca me ha pasado ni en el barrio de Belgrano, ni en la zona del aeropuerto de Chapelco, ni en las escuelas rurales, porque es estratégico donde vas a poner la abonera. 

 

L.P.: ¿Qué lugar recomendarías?

S.U.: Armar la abonera cerca de la cocina o como un mueble de jardín. Hay que airearlo todos los días para que no dé olor, regarla. Las ratas van por lo recovecos y cuando se sienten seguras de que nadie las mira. Por eso, conviene tener la abonera a la vista, que este limpio el alrededor. Un lugar donde vayas todos los días a mezclar los restos orgánicos. La rata tendría que exponerse para llegar ahí, por eso es un lugar estratégico y no olvidado en el fondo, entre chapas y malezas. Lo bueno es atomizar los restos orgánicos, no llevarlo todo a un mismo lugar. 

Está bueno que cada uno se haga cargo, porque en pequeñas cantidades familiares, cada uno lo va a poder absorber. 

 

L.P.: Has comparado el abono compuesto con un guiso, ¿querés explicarlo un poco más? 

S.U.: Sí, necesita agua, que lo riegues de abajo para que no se queme, calor y cuanto más chicos los alimentos, mejor se van incorporando «al guiso». Compostar es como cocinar. Nosotros decimos: ¿cómo va la cocción? Estamos cocinando restos orgánicos. Incluso, lo comparo con hacer un asado: cada uno tiene su librito y no queres que le toquen su parrilla. Por eso la metodología es muy variada y depende de cómo lo vayas incorporando y del nivel de consumo que tengas. Básicamente, sugerimos atenderla todos los días, porque todos los días uno tiene restos orgánicos; no acumularlos en la cocina; ir llevándolos a la abonera. Ahí es cuando no se genera olor ni en la cocina ni en la abonera. Y siempre ir agregándoles tierra común, donde hay hongos, bacterias, hay más microorganismos.

 

Son muchísimos los tips y datos que Santiago nos brindó en esas dos horas que compartimos en Ecoplant. En La Palestra tenemos por lema: «la pasión contagia pasión». Este encuentro con Santiago, además de brindarnos conocimiento, por sobretodo, nos contagió la pasión que le dedica a esta iniciativa de separar lo orgánico con una responsabilidad para con el lugar donde vivimos y para con las generaciones que vienen. Así es que La Palestra Noticias se sumó a Compostate.sma para seguir difundiendo esta iniciativa fundamental para San Martín de los Andes y para todo el mundo en general. Sobre esta red, Santiago dice «somos aboneros de ideas (compuestas)»

PREPARACIÓN DEL ABONO COMPUESTO

 

Son varios los métodos. Lo ideal es apilar distintos materiales en capas, intercalando restos de vegetales verdes, restos de cocina, paja, estiércol, tierra y así sucesivamente; teniendo en cuenta factores tales como la relación carbono-nitrógeno, humedad y oxígeno.

 

Para asegurar una buena cantidad de humedad hay que regar la pila y protegerla con algún material (plástico o chapa) para evitar que las lluvias perjudiquen la «fermentación» del preparado o «laven» el preparado dejándolo sin nutrientes.

 

Si no aparecieran lombrices en la abonera, conviene agregar algunas. Existe una lombriz pequeña, de color rojo vivo, que se encuentra en las bostas maduras, que acelera el proceso de transformación.

 

Para que el preparado no pierda oxígeno en su interior y no se compacte hay que airear el material periódicamente.

 

Para mantener la relación de carbono y nitrógeno debemos tener en cuenta los porcentajes de aplicación de cada elemento y si estos están verdes (restos de cocina) o secos (hojas del bosque). También tener en cuenta si los estiércoles están frescos o maduros.

Elementos que se usan para hacer abono

 

*Restos vegetales de cocina (sin cocinar, sin condimentos para no atraer animales domésticos ni roedores): cáscaras de huevo y fruta, restos de verdura, yerba, té, café

*Estiércoles de oveja, caballo, vaca, chivo, gallina, guanaco

*Aserrín, virutas descompuestas

*Pasto verde o seco

*Hojas verdes o secas

*Malezas.

 

Elementos que no se usan para hacer abono

 

*Vidrios

*Huesos

*Carne

*Grasa

*Restos de comida

*Plástico

*Latas

*Excremento de perros y gatos

Algunas variantes para hacer el abono compuesto

 

En pozo: consiste en acumular los desechos en pozos o zanjas. Se utiliza en zonas secas ya que en zonas húmedas, el exceso de humedad “pudre” el preparado. Es de bajo costo pero de difícil manejo ya que se dificulta el aireado.

 

En tachos de 200 litros: se preparan sin tapa ni fondo, con agujeros en toda la superficie. Van asentados sobre ladrillos por donde se extrae el compuesto terminado. Se tapa el tacho para que no se acumule agua de lluvia. El material se incorpora desde arriba.

 

De corralito: se construye con varas y alambre formando un corralito de distintas superficies donde se va depositando pastos secos y verdes, restos de poda, restos vegetales de cocina, estiércoles, etc. Al cabo de unos meses, se saca el contenedor de alambre y se deja la pila de materia orgánica. Tiene la ventaja de ser móvil, de esta forma se puede instalar cerca de los materiales a descomponer, evitando llevar el material hasta la abonera. 


En cajones de madera: se construye con postes y cantonera de distintas dimensiones. Es de fácil manejo para airear y humedecer.

¿Querés saber más? ¡Hacé click acá y bajate toda la información de cómo comenzar a hacer abono compuesto en tu casa!

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