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13 de enero de 2018
"Somos un par de privilegiados"
Circus, granja familiar
Hace tres años Yasmin Recht, Albert Masó Coll y su hijo (que en aquél entonces tenía tres años) emprendieron Circus, Granja Familiar: una granja de ovejas lecheras y quesería artesanal en las cercanías de Girona, España.
«Manejamos un rebaño de 80 ovejas latxa en un bosque mediterráneo a 1000 snm., de forma extensiva, orgánica e indefectiblemente respetuosa y en consonancia con el entorno, los animales, con nosotros y con quien, con su compra, sostiene este modelo de producción agroalimentaria», comienza contándonos Yas.
LP: ¿Cómo fue que comenzaron este emprendimiento?
YR: La motivación primala de este proyecto fue la curiosidad: querer indagar qué había más allá, qué paso seguiría a cada aprendizaje en relación con los animales, la naturaleza, la alimentación, el territorio y sus individualidades. Sed de exploración agreste en un mundo de vorágine digital.
En 2013 pausamos nuestra vida en Cataluña. Albert tenía entonces 36 años, nuestro hijo casi 3 y yo 28. Fiat Dobló, ropa que aguantara los aguaceros del norte, una caravana, una Border Collie y las tripas manifestando la sintomatología propia de «el primer día». En tierras vascas compaginamos clases de pastor en la Artzain Eskola (escuela de pastores especializada en ganado ovino) con convivencia y prácticas en un caserío.
LP: ¿Cómo describirías ese tiempo ahí?
YR: La experiencia en el País Vasco fue netamente enriquecedora. Convivimos con los pastores y su familia en dos explotaciones bien diferenciadas. En el segundo caserío permanecimos durante más tiempo, combinando las labores rutinarias de la granja con las clases en la escuela de pastores. En Pikunieta sentimos que el suyo era el modelo de pastoreo que más comulgaba con nosotros.
Allí aprendimos que todo sigue funcionando bajo la llovizna: sudamericana y mediterráneo como somos, al llegar, esperábamos a que dejara de llover para realizar alguna tarea... y en otoño/invierno, en Guipúzcoa, en el 2013, no paraba de llover.
Me enseñaron que los vascos no son «cerrados» ni «cuadrados»: aman su cocina y quien no la sabe cocinar la describe con premura, sienten curiosidad por saber por qué alguien elige su tierra para cambiar el rumbo en su vida y, si la respuesta alimenta el amor por su terruño, te abren las puertas de casa y te sirven queso y sidra fresca.
LP: ¿Por qué eligieron el pastoreo de ovejas?
YR: El nuestro no es un modelo innovador, sino una manera de trabajar que nos es común como especie: nuestros ancestros fueron, hace miles de años, todos pastores y campesinos.
No somos la vigesimoquinta generación de ganaderos. Somos un par de privilegiados: amamos nuestro trabajo. Muchos y variopintos fueron los caminos que nos llevaron a nuestra Roma: la aviación y la literatura, la cocina y el paisajismo, el doulaje y el diseño.
LP: Entonces, ¿después del aprendizaje en tierras vascas volvieron a Cataluña?
YR: Sí. La decisión de implantar en tierras catalanas la oveja autóctona del País Vasco representó una novedad, tanto por su manejo en extensivo como por el reto que significaba su adaptación a este nuevo entorno.
LP: ¿Y cómo resultó?
YR: Aprendimos a través de la observación diaria que son animales rústicos que, en libertad, saben gestionar su alimentación en pos de su propio bienestar. Consecuentemente con esta manera de gestionar nuestro rebaño, tampoco utilizamos antibióticos ni hormonas: cuando puntualmente es necesaria una intervención hacemos uso de mezclas de aceites esenciales y para la monta natural combinamos distintas acciones para potenciar la preñez.
LP: Un emprendimiento eficiente y sustentable…
YR: Claro, si bien el queso es nuestro producto principal (elaborado a partir de leche cruda, de coagulación enzimática, prensado, con una maduración mínima de 3 meses y obviamente sin conservantes ni aditivos de ninguna clase), aprovechamos todos los recursos que la vida de las ovejas nos ofrece: cuando llegan al peso indicado llevamos los corderos al matadero y vendemos la carne de cordero lechal; con la piel de estos corderos hacemos alfombras; la lana de la esquila la utilizan amigos para el mulching de su huerta biodinámica y con la bosta del establo abonamos nuestros prados.
LP: ¿Por qué eligieron el nombre «Circus»?
YR: Circus nace de la idea de ser un proyecto móvil y versátil. Hoy se encuentra en este punto geográfico albergando ovejas y, al igual, dentro de diez años puede estar a 60km ofreciendo cobijo a doce vacas Jersey o, por qué no, transformada en un centro cultural.
Todas las instalaciones las construimos nosotros para ser funcionales y, al mismo tiempo, para ser desmontadas, trasladadas y reutilizadas sin dejar huella.
Nuestra granja cuenta con un establo para el rebaño, dos establos pequeños para los machos y para separar las corderas cuando es necesario, un cobertizo para el almacenaje de maquinaria y otro para almacenar forraje y dos caravanas para alojar a amigos y colaboradores.
Para construir la quesería mantuvimos la misma línea de construcción y optamos por reutilizar un antiguo camión frutero transformando la caja en un obrador. Si bien existen queserías construidas en antiguos contenedores de barco, el nuestro es un planteamiento novedoso porque es un camión que facilita el traslado de la unidad.
Granja familiar sostenible
Granja familiar sostenible
Granja familiar sostenible
Granja familiar sostenible
LP: Ahora llegó el momento del obrador quesero… Para financiar la adaptación del camión es activaron una campaña de crowdfunding, ¿no?
YR: Sí. El objetivo de esta campaña es el eslabón que concreta el trabajo diario de la granja: crear un centro de producción de quesería artesanal de impacto ambiental reducido.
La quesería móvil es de interés general ya que no existen antecedentes en la zona de un obrador con características semejantes: móvil, versátil, dentro de la normativa vigente, de impacto ambiental reducido y a escala consecuente con una producción respetuosa con el medio, los animales y los consumidores.
En una época en que por momentos pareciera social y económicamente apocalíptica, surgen estas propuestas en manos de jóvenes que priorizan un equilibrio armónico y sustentable con el medio ambiente y con la economía social. En la página goteo.org se puede conocer cómo trabajan Yasmin y Albert y lo que necesitan para dar el próximo paso.
Además, se encuentra detalladas algunas metas que sobrepasan lo meramente económico y que hacen al espíritu de Circus, Granja familiar; nos gustaría compartir solo algunos:
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Sostener y defender la producción agroalimentaria familiar a pequeña escala como modelo necesario para gestión sostenible del territorio.
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Trabajar con sentido común haciendo de la tríada ser humano—animal—naturaleza la única simbiosis posible para el proyecto.
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Priorizar el bienestar del rebaño: animales que viven según su naturaleza, con buena salud, bien alimentados.
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Ser un espejo para los jóvenes interesado en el trabajo agrario: es este un trabajo viable que nos proporciona placer por encima de los sacrificios que exige.
¡Desde La Palestra les deseamos el mejor de los éxitos!
¿Querés ayudar a los chicos? hacé clik acá: Goteo.com
Más información
www.granjacircus.com
Instagram @cabezadenido
FB: Granja Circus