CASSAMATA, "HARTA DE ESTAR HARTA"...

14 de junio de 2016

Cassamata, "Harta de estar harta"

“Me cansé de preguntarle al mundo el porqué del porqué”

Por Victoria Giunta

Cassamata es una obra de teatro que cuenta la historia de Alicia, una mujer recién divorciada, que se muda a un departamento el día antes de Navidad. Al llegar a ese nuevo hogar, se encuentra con que la empresa de mudanzas le perdió los muebles; que no tiene luz, ni gas, ni intimidad, ya que los vecinos escuchan y se les escucha todo. Además, unos extraños conejos de dudosa procedencia se escabullen y bailan por entre las salas. La soledad, los ruidos, los conejos, las llamadas telefónicas, las pesadillas, los singulares personajes que aparecen y hasta la propia muerte, hacen de esa Noche Buena, una de las más largas de su vida.

En homenaje a Lewis Carroll y al 150° aniversario de la publicación de Alicia en el País de las Maravillas, llena de simbolismos y metáforas, la obra de Mónica Cabrera presenta a esta Alicia contemporánea atravesada por los temas más actuales de la sociedad.

Se abre el telón descubriendo un escenario iluminado por una luz violácea. La coreografía de unos conejos bailando al ritmo de un single navideño produjo un efecto de encantamiento que me alejó de toda realidad. Me dejé llevar por sus movimientos y sus gestos hasta sumergirme con ellos en una especie de sueño o ilusión. Pero éste ambiente se cortó abruptamente con la llegada de Alicia, que entró enojada hablando por teléfono con la empresa de fletes, culpables de haberle llevado por equivocación los muebles de otra persona. Así es como, desde el comienzo, se establece un tránsito de lo onírico a lo real y viceversa. Oscilación que durante toda la obra se sostiene con una agilidad muy cuidada.

El guion me pareció interesante: las palabras elegidas para contar esa historia, con poesía y gracia van hilando una gran comedia.

El blanco es el color que predomina, ya sea en la decoración como en los objetos y en el vestuario de los personajes secundarios. Alicia es la única que resalta con su aspecto desaliñado y colorido en el medio de la palidez que la rodea. Palidez que se puede comparar con la de un manicomio, palidez que acentúa su soledad y que hace que ni ella distinga sus delirios. Blanco brillante; brillante como la obra misma.

Ya desde la antesala, cuando estaba en la fila por entrar, escuchaba las exclamaciones del público alabando la performance de los actores y la calidad de la obra; como Leandro, quien al escuchar que yo era de prensa, se me acercó especialmente para darme su recomendación.

Sólo después de haber visto Cassamata, puedo decir que -efectivamente- la actuación tanto de Mónica Cabrera como de su joven elenco es impecable, y ahora también yo soy parte de ese público cautivado que la recomienda.

Ficha Técnico Artística