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VARIETÉ MAYO 2017

¿Quién es Bárbara Bezina?

 

Por Florencia Beláustegui

Navegando por internet, di con una imagen animada que me sorprendió por la calidad estética y un fuerte “no sé qué” que me impulsó a seguir averiguando más sobre la artista. Llegué a su facebook y desde allí a su página oficial.

 

Bárbara Bezina es artista plástica, argentina y reconocida en todo el mundo por su arte digital, en el cual combina la pintura, la fotografía y la tecnología. Nació en Necochea, y desde hace ocho años vive con su marido, Bruno, en el campo en San Juan.

Florencia Beláustegui: ¿Contános quién es Bárbara Bezina?

 

Bárbara Bezina: No tengo la menor idea. Al menos sé que no soy todo lo que creía que era, y durante estos años me he dedicado a vaciarme de esas cosas: etiquetas, creencias, prejuicios, costumbres, etc. Podría decir que soy una exploradora, que por algún motivo elegí venir a este mundo en el que me siento muy perdida muchas veces... En el arte encontré la manera de experimentar, explorar, conocer y tratar de entender de qué se trata todo esto.

 

FB: Un rasgo que podríamos destacar en vos es la sensación de libertad: libertad en el aprender y en el crear. Autodidacta, contaste que el arte estuvo en tu vida desde siempre, desde que sentiste la necesidad de expresarte de manera creativa y solitaria. También has contado que de chica participaste de un taller de pintura que muy pronto te aburrió, y que recién en tu adolescencia tu mamá te compró los primeros óleos y bastidores. Luego llegó la fotografía y más adelante la posibilidad de fusionar todo eso por medio de la tecnología digital. ¿Cuál es la libertad creativa que te dio el Photoshop?

BB: Empecé con Photoshop sin tener idea de nada, probando y probando cosas. Horas y horas y horas hasta tener cierto conocimiento y control en lo que hacía, pero siempre haciendo obras en las pruebas, mezclando las fotos con las pinturas básicamente. En un momento sentí que podía hacer cualquier cosa, así que puedo decir que me dio una libertad absoluta y hoy sé que puedo hacer lo que se me ocurra.

FB: Viviste casi toda tu vida en la ciudad, y luego hiciste un cambio sustancial al mudarte a un pueblo en San Juan. ¿Qué lugar ocupaba el arte entonces? ¿Qué descubriste en este cambio de vida y cómo influyó en tu trabajo?

 

BB: Primero debo aclarar que vivimos en San Juan porque Bruno es de acá. Él es artista también y lo conocí a través de internet cuando vi sus obras y le escribí. En ese momento yo vivía en Capital y trabajaba para pagar las cuentas, el arte ocupaba un lugar muy pequeño; pintaba en mi tiempo libre y no tenía ningún contacto con el mundo/mercado del arte. Luego de idas y venidas nos vinimos a vivir a Pocito, San Juan.

Mi vida como artista comenzó aquí porque me empecé a dedicar a eso completamente, sin expectativas de nada. Todas las exposiciones, publicaciones, entrevistas, etc. han aparecido a través de internet y gracias a las redes sociales; con el tiempo dejó de interesarme ese mundo y lo dejé de lado, focalizándome solo en la creación que es lo que me interesa. El vivir aquí nos hizo alejarnos de la vida social y como consecuencia empezó el autoconocimiento y el darnos cuenta de que el mundo no era lo que nos habían contado; también surgió un profundo contacto y conexión con la naturaleza. Hemos vivido cientos de muertes y renacimientos desde entonces y todos esos cambios y descubrimientos se ven reflejados en mis obras.

FB: Tu obra fue descripta como “perturbadora, ecléctica, onírica, profunda…”; sin duda es el juego entre luz y sombras, entre el mundo real y el onírico-pesadillesco, el que provoca esa incomodidad-hipnotizante en el espectador. Sin embargo, otras imágenes transmiten serenidad absoluta. ¿Cómo describirías esta dualidad que atraviesa tu obra?  

 

BB: Vivimos en un mundo dual así que no podría ser de otra manera. Soy muy sensible y puedo ver y sentir muchas cosas a la vez, siempre quiero cosas nuevas y eso me hace tirarme a un precipicio un día y quedarme inmóvil otro, ver oscuridad total y sentir la más intensa luz al minuto siguiente… Siempre me mando, sin saber qué hay del otro lado, porque me interesa experimentar y conocer, más que nada ver lo que sucede internamente.

 

FB: Estoy de acuerdo, y creo que esa seguridad también se refleja como autenticidad en tus obras. La mayoría de los retratos te tienen a vos como modelo, no por vanidad sino, como contaste, por necesidad: están solos en la mitad de la naturaleza y “es lo que tenés a mano”. Sin embargo, afirmas que las obras no son autorreferenciales, sino que la mujer que aparece busca ser la imagen de todas las mujeres.

Por otro lado, el tema que se destaca en casi toda tu obra es el de la mirada. En ellas, es la manera de mirar lo que atrapa al espectador.En las imágenes en donde aparece una mujer, la tensión está en el silencio de los labios cerrados, y las miradas que parecieran querer decir algo… ¿Qué es lo que dice esta mujer que aparece en la mayoría de tus dibujos y que en tus palabras es “la idea de mujer”?

BB: Sinceramente no pienso mucho en el significado de lo que aparece en mis obras, me cuesta mucho tener que explicar porque ni siquiera reparo en eso. Para mí el arte es movimiento, termino una obra y ya estoy con otra y las energías van cambiando… Por otro lado, mi manera de trabajar es muy intuitiva, no me baso en ideas o conceptos previos, sólo hago lo que me sale, sin pensar o analizar. Si me preguntan sobre una obra en particular sólo puedo decir lo que veo en ese momento, pero creo que solamente hay que observarla, sin palabras de por medio.

Desde muy pequeña dibujaba ojos y esa fascinación no desaparece, de alguna manera lo que sea que busco, está ahí.

Lo de los autorretratos se dio solo y renegaba bastante de eso, me parecía que sería más fácil y rápido tener a quien tomarle fotos; era muy tedioso porque yo únicamente quería la parte de Photoshop. Ahora realmente disfruto de eso y no podría lograr de otra manera esa intimidad que aparece en el autorretrato, es muy mágico.

Creo que la mujer es más como una energía, muy sensible y poderosa. Esos seres que aparecen en las obras son cósmicos y que su apariencia sea femenina les da una sutileza, una suavidad, una fineza que contrasta un poco con la profunda información de la mirada o la tensión de la atmosfera o los colores intensos o la oscuridad aparente.

Me despido de Bárbara agradeciéndole el tiempo que nos dedicó, y con ganas de retomar algún día esta conversación; de conocerla en vivo y en directo, de tomar unos mates a los pies de la cordillera y seguir charlando de sus trabajos, del arte y de la vida.

 

Me corrijo en algo que afirmé en una de mis preguntas, y que ahora, sobre el final, se me hace evidente que pasé por alto: dije que la característica que se destacaba en ella era la sensación de libertad, cuando en realidad esa libertad se sostiene sobre la base de ser auténtica. Y es esta autenticidad que se deja ver en su obra, el “no sé qué” que me llevó, a través de las redes sociales, a conocerla.

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