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13 de febrero de 2017
Acuario y la sed de modificar
Por Marcelo Cippitelli, Astrólogo Kármico y Psicólogo Social*
Cada signo posee su contradicción intrínseca porque contiene una doceava parte de la energía humana; y el humano es contradictorio por su naturaleza dual. Pero Acuario es el soberano de ese aspecto. Su Karma es, precisamente, la contradicción. Los Acuarianos fueron puestos en este plano para realizar un cambio, una transformación en su entorno. Y para ello se les dotó con una capacidad ilimitada para la observación de lo que existe de cierta manera, y puede ser modificado o realizado de otra forma. Y por ese don, sienten una permanente inquietud visceral de deseo por intervenir en cada asunto a su alrededor. Lo sienten como una misión personal, un deber divino. Claro que ello les trae innumerables discusiones y conflictos a cada momento. La sed de modificar las cosas, situaciones y personas para llevarlas hacia un nivel superior no puede ser apagada. Pero los seres humanos también somos inerciales, y no nos gusta ser modificados desde el exterior. Es por ello que Acuario encuentra mucha resistencia, y se puede convertir en un solitario rebelde sin causa, que llega a sentir su vida como un naufragio en una isla de seres grises. La frustración se hace presente con frecuencia en la vida del Acuariano, y lo transporta a momentos de cierto derrotismo en los que desea bajar los brazos. Pero siempre acude a su auxilio una nueva situación, ¡en la que su espíritu de cambio se ve impelido a intervenir!
¡Cuán difícil es esquivar una discusión para ese soberbio Acuariano, que puede ver -de una forma extremadamente clara- que las cosas se están realizando de una manera absolutamente errada! Muy ardua y la mayoría de las veces infructuosa es la tarea de Acuario. Se sienten con el “síndrome de Cassandra”; la famosa profeta troyana cuya maldición la llevaba a acertar en todas sus predicciones, pero a la cual nadie creía una sola palabra.
Parecería que el cuadro es desolador y sin solución para aquellos que encarnan en Acuario, ¿cierto? No. Como cualquier signo, al esforzarse por alcanzar un nivel superior pueden arribar a la bendición de su misión. El Acuariano debe aprender a salirse de su Ego auto centrado, de su deseo de convertirse en redentor de sus semejantes, pues ello lo llevará a verlos como obtusos incapaces de entender la solución al más elemental problema. Sin embargo, en el instante en que Acuario puede aceptar que existen otras formas tan válidas como las suyas, estos bellos seres conectan con su esencia superior y se convierten en El Aguador. Su espíritu cobra la potencia del espíritu de Ganímedes (su mito esencial) y se realizan como los que brindan la ambrosía: el agua de la vida que al ser escanciada por los demás, los conduce a alcanzar niveles superiores de vida. Los Aguadores aprenden la Regla de Oro que dice que: “El conocimiento debe ser brindado solamente dónde es explícitamente solicitado, y sólo en la medida necesaria”.
Cuando se realiza esta aparentemente sencilla operación, la transformación de la energía de Acuario es absoluta. Encuentra la aceptación de los demás y su propio mundo se transforma. Entiende que el principal cambio que debe realizarse es el propio, y lo realiza sin resistencia… o venciendo a la misma, lo cual es un acto de voluntad y valentía superior. Acuario entiende el Servicio de la Transformación para el que fue elegido y se siente realizado. El mayor premio es la estabilización de su tormentosa vida emocional, uno de los conflictos principales de este signo. Comprende finalmente ese sentimiento de cuya existencia muchas veces pudo haber dudado: el Amor.
¿Vale la pena intentarlo, no?
*Para hacer consultas personalizadas te podes comunicar con Marcelo Cippitelli a su dirección de mail marcelocippitelli@gmail.com o a su celular (011) 15 5376-5823.